lunes, 13 de septiembre de 2010

MENSAJE DE NAPOLEÓN GÓMEZ URRUTIA, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO NACIONAL DE MINEROS, A LAS AGRUPACIONES SINDICALES Y SOCIALES REUNIDAS CON MOTIVO DE LA ENTREGA DE “LAS PRESEAS POPULARES”, EN HOMENAJE A LOS “SENTIMIENTOS DE LA NACIÓN”, EXPUESTOS POR EL GENERALÍSIMO INSURGENTE JOSÉ MARÍA MORELOS Y PAVÓN, EN PLENA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA NACIONAL.

MENSAJE DEL COMPAÑERO NAPOLEÓN GÓMEZ URRUTIA, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO NACIONAL DE MINEROS, A LAS AGRUPACIONES SINDICALES Y SOCIALES REUNIDAS CON MOTIVO DE LA ENTREGA DE “LAS PRESEAS POPULARES”, EN HOMENAJE A LOS “SENTIMIENTOS DE LA NACIÓN”, EXPUESTOS POR EL GENERALÍSIMO INSURGENTE JOSÉ MARÍA MORELOS Y PAVÓN, EN PLENA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA NACIONAL.

Chilpancingo, Guerrero, lunes 13 de septiembre de 2010.

MUY ESTIMADOS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS:

Es muy grato para mí dirigirme a Ustedes, cuando a dos siglos de distancia en el tiempo nos reunimos para recordar la figura entrañable y respetada del cura Don José María Morelos y Pavón, gran caudillo de nuestra Insurgencia Nacional, así como sus ideas expuestas en “Los Sentimientos de la Nación”, cuyo mensaje se cifra en dos conceptos centrales: Independencia de México y Justicia Social.

Morelos nunca desligó ambos conceptos, sino que los hizo uno solo, y éste fue el bagaje ideológico con que los mexicanos de entonces, cuando la Patria era sólo una idea y un propósito y todavía no una realidad tangible, lograron la independencia de nuestra Nación y sentaron las bases de su dignidad y su grandeza, ya emancipados de la Corona Española.

Fue dura la lucha de Morelos, como poco antes lo había sido la de Don Miguel Hidalgo y Costilla, iniciador de nuestra Independencia. Ninguno de los dos logró mirar a la Patria independiente, pero ambos se llevaron a la tumba la firme idea de que lograron abrir la brecha para la culminación de la Independencia de México, aunque fueron asesinados fieramente por el régimen colonial opresor.

Hoy, historiadores superficiales pretenden escamotearles ese gran mérito, hablando de supuestos deslices morales, pero en la conciencia del pueblo mexicano quedan los dos personajes como unos de los más ilustres de nuestra Nación entonces en ciernes. Los Insurgentes son símbolos vivos de la Patria Mexicana.

No dudamos en considerar que el concepto fundamental de Morelos en sus “Sentimientos de la Nación” es aquella frase en la que, para construir la Patria, era necesario “moderar la opulencia y la indigencia”. Ese llamado sigue siendo válido, por desgracia, a dos siglos de distancia de pronunciado por el prócer insurgente. Morelos tuvo muchas otras virtudes, de orden político, militar y civil, incluso eclesial, pero ese llamado a “moderar la opulencia y la indigencia”, o sea, reducir la riqueza extrema e insultante de unos cuantos, y la pobreza y miseria también insultante de las inmensas mayorías, sigue en espera de ser cumplido por los mexicanos, que no hemos podido reducir ni una ni otra como fuera deseable.

Hoy vemos cómo los ricos cada vez son más ricos, insolentes e insensibles hacia quienes generan la riqueza nacional, ya que las grandes fortunas son de unas 300 familias, y en una forma exagerada son solamente unas 30 personas quienes la detentan. Mientras tanto, los pobres son más pobres y numerosos que nunca, unos 100 millones de mexicanos.

Por eso el de Morelos es un mensaje que trasciende los tiempos y llega hasta nosotros, como antorcha ardiente, para convocarnos a luchar por una justicia social real, que lleve a las mayorías populares el bienestar y la dignidad a los cuales tienen derecho pleno, y que limite la explotación del trabajo humano que hace más ricos y poderosos a los adinerados de hoy. Esta es nuestra manera de celebrar el Bicentenario de la Independencia Nacional y el Centenario de nuestra gran Revolución Mexicana.

Ese es el significado que los agremiados al Histórico y Glorioso Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, que me enorgullezco en dirigir y encabezar, le damos al mensaje de Morelos, de cuna humilde pero que se convirtió en un gigante al calor de la lucha del pueblo que lideró. Ese es un llamado a que ajustemos nuestras luchas de hoy, a ese gran propósito del Insurgente Morelos. Y eso hemos estado haciendo, en la medida de nuestras fuerzas, que son muchas, en la lucha inclemente que nos han obligado a dar los fascistas oligarcas del gobierno de derecha, y los prepotentes y abusivos empresarios que se oponen al progreso del pueblo y, en particular, al de los mineros mexicanos.

Igual que los poderosos de ayer no derrotaron a Hidalgo ni a Morelos ni a los demás Insurgentes a los que sentenciaron a muerte y ejecutaron, pues sus ideas siguieron fructificando en la conciencia colectiva hasta triunfar en su momento, los poderosos de hoy tampoco lograrán derrotarnos en la lucha que tenemos emprendida por la verdadera justicia social y por la dignidad de los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México.

Nosotros, hoy, somos trabajadores libres y concientes de que nuestro riesgoso trabajo hace posible las grandes riquezas de la Nación, pero que se la apropian unos cuantos, y además, la riqueza extraída queda en manos de empresas extranjeras, que atentan contra la visión e ideales de quienes ofrendaron su vida para que el pueblo tenga bienestar y dignidad.

Tiene gran importancia que a nuestros compañeros mineros de Taxco, Guerrero, les impongan la Presea Popular. Es, a través de ellos, que también se la imponen a todos los trabajadores agrupados en el Sistema Nacional Minero, en reconocimiento a la lucha que hemos dado durante más de cuatro años por la justicia laboral, la libertad y la autonomía sindicales, y el sagrado derecho a la huelga que todos los trabajadores tenemos y que es, además, un valor de orden universal reconocido en todo el mundo.

La dureza, la firmeza y la resistencia de nuestros compañeros de la Sección 17 de Taxco, Guerrero, que no se han doblegado ni se doblegarán, es ya una hazaña heroica de la clase trabajadora mexicana, como también lo son las huelgas de nuestros compañeros de Cananea, Sonora, y Sombrerete, Zacatecas, así como la huelga en la minera El Cubo, Guanajuato, y otros movimientos mineros.

Libertad, equidad y justicia para el pueblo de México es lo que ansiaban los insurgentes de Morelos y los que los antecedieron y los sucedieron en el tiempo. Estas mismas son nuestras consignas fundamentales en el momento presente de nuestra lucha. Contra eso no podrán los traidores del gobierno y de las empresas antisociales. Ellos no tienen más dios que el vil dinero conseguido a costa de la explotación del trabajo humano. Y eso terminará fracasando, de eso estamos seguros, siempre que mantengamos en alto nuestras luchas y no nos dobleguemos, cosa que así deberá ser.

Compañeros y compañeras: Junto con las demás organizaciones populares y sindicales independientes y democráticas, como los hermanos del Sindicato Mexicano de Electricistas, el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña, TLACHINOLLAN, nuestros mineros de la Sección 17 de nuestro Sindicato, y muchas agrupaciones más, seguiremos en la lucha, sin descansar, sin flaquear, sin doblegarnos ni ante la necesidad ni ante las agresiones de los enemigos del progreso del pueblo mexicano.

En nombre del gremio trabajador minero, metalúrgico y siderúrgico de México, les expresamos a las organizaciones y personas que convocaron a estas Preseas Populares, nuestra gratitud profunda por este reconocimiento a nuestros compañeros mineros de Taxco, agrupados en nuestra Sección 17. Es un honor para todos nosotros, al cual sabremos corresponder con nuestra lucha incansable para que triunfen la justicia, la libertad y la equidad. Pues a la vez, será un triunfo del gran Don José María Morelos y Pavón en sus Sentimientos de la Nación. Estamos luchando, pues, “por moderar la opulencia y la indigencia”, y eso nos llega a la médula de nuestro espíritu y nos impulsa a seguir adelante, siempre adelante, en la lucha por un país más justo, más democrático y con mayor bienestar para todo el pueblo mexicano.

(Mensaje pronunciado el lunes 13 de septiembre de 2010 en Chilpancingo, Guerrero, por el compañero J. Genaro Arteaga Trejo, Secretario de Asuntos Políticos del Sindicato Nacional de Mineros)

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