SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS, SIDERÚRGICOS Y SIMILARES DE LA
REPÚBLICA MEXICANA
MENSAJE DEL COMPAÑERO NAPOLEÓN GÓMEZ URRUTIA, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO NACIONAL DE MINEROS, EN LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL TRABAJO, 1º de mayo de 2011. Pronunciado por el compañero J. Genaro Arteaga Trejo, Secretario de Asuntos Políticos del CEN Minero.
Estimadas compañeras y estimados compañeros trabajadores de los Sindicatos Independientes y Democráticos de México:
Estimados dirigentes de todas las organizaciones sindicales y sociales que asisten a este evento:
Pueblo de México:
Nos congrega una vez más, en este histórico Zócalo de México y de los mexicanos, la celebración del Día del Trabajo de este 2011. Envío a todos Ustedes mi saludo fraternal y el de los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos mexicanos que aquí y en toda la República lo conmemoramos en esta fecha de lucha, dignidad y solidaridad de los obreros de nuestro país.
Existen hechos recientes que indican que en este Primero de Mayo nos enfrentamos a las más graves amenazas que se hayan presentado en las últimas décadas en contra de los Sindicatos Independientes y Democráticos, contra el Derecho del Trabajo Mexicano y contra las libertades de los mexicanos que se han perfilado en la propuesta de la llamada Ley de Seguridad Nacional.
En todos estos casos, se trata de una ofensiva abierta y descarada de los enemigos de los trabajadores y de las libertades públicas, que por convicción política y por conciencia histórica tenemos que reprobar y rechazar como trabajadores y como sindicalistas. Las viejas fuerzas de la reacción y la opresión social han levantado la cabeza y pretenden que el país se someta a los dictados de sus intereses, los cuales se oponen a los más altos principios y valores del pueblo mexicano, especialmente de sus trabajadores.
Un grupo de legisladores del sector más conservador de la Cámara de Diputados ha planteado reformas a la Ley Federal del Trabajo con las que simplemente pretenden anular el Derecho del Trabajo y constituyen un atraco contra éste, ya que de ser aprobadas, afectarían de manera muy profunda los derechos fundamentales de los trabajadores, como el de la contratación colectiva; el de huelga, reconocido universalmente como el ultimo recurso al que los asalariados pueden recurrir para defenderse de las injusticias y agresiones que contra ellos cometen las empresas, y el derecho a la libertad y la autonomía sindical que no puede estar sometido a reconocimiento oficial alguno a través de las “tomas de nota”, propias del fascismo de Benito Mussolini y de Francisco Franco, pues esto viola el espíritu y la letra de las actuales leyes laborales y de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y los Convenios Internacionales suscritos por el gobierno mexicano. De aprobarse esta iniciativa, que estamos luchando para que no ocurra, se estaría implantando la esclavitud de los trabajadores de México y elevándola nada menos que al rango constitucional.
Esta iniciativa de reforma no debe pasar, todos debemos comprometernos, aquí y en cualquier sitio, a que fracase y sea tirada al bote de basura de la historia, de donde nunca debió salir. No en vano desde el presidente Felipe Calderón y el siniestro Javier Lozano Alarcón, titular de la Secretaría del Trabajo, hasta los diputados del Partido Acción Nacional han cargado todo su peso a favor de esta iniciativa retrógrada en materia laboral. Eso indica de qué lado están quienes la crearon y la promueven.
En cuanto a la iniciativa de Ley de Seguridad Nacional, ya es un clamor nacional que constituye un intento para anular las libertades públicas fundamentales de los mexicanos, que tiene un claro corte fascista y dictatorial, bajo el pretexto de la llamada guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico que nos azota y ha convertido al país en un infierno de violencia y represiones.
Esta iniciativa de ley tampoco debe ir más adelante. No es congruente que se nos pida apoyar una ley para reforzar una guerra interior que nunca se nos consultó al pueblo, sino que arbitrariamente fue asumida por el actual gobierno de derecha, que tuvo como única causa la de que el actual presidente Calderón quiso legitimarse en el cargo como resultado de la cuestionada elección que lo puso en el camino de ocupar la residencia oficial de Los Pinos. No debemos ni podemos aceptar el fascismo con el pretexto de la lucha por la seguridad pública.
Estimados compañeros y compañeras de las organizaciones presentes:
Acusamos al gobierno de México de haber iniciado y mantenido durante 5 años una perversa y feroz persecución contra el Sindicato Nacional de Mineros que encabezo con mucho honor como Secretario General, reelecto 5 veces por unanimidad democrática y transparente, en las 5 Convenciones Nacionales, máxima autoridad de la Organización, que se han realizado desde 2006 en que comenzó el conflicto minero. Acusamos al gobierno de México de haber levantado acusaciones falsas y calumniosas contra mí y otros dirigentes, que en mi caso me forzaron a salir del país, demandas que han sido desechadas por los diferentes tribunales.
Con la complicidad de este gobierno o mediante su acción directa, hemos sido perseguidos política y judicialmente, amenazados, reprimidos, calumniados, así como encarcelados, y restringidos en nuestros recursos bancarios mediante su ilegal congelación, con abuso de poder. Con esta misma complicidad del gobierno, grupos de golpeadores pagados por las empresas nos han asesinado a 4 compañeros mineros y en esos atentados dejaron heridos por arma de fuego y otros instrumentos a más de 100 trabajadores.
Acusamos al gobierno de México de pretender destruir a nuestra Organización Sindical, para poner al frente de ella a líderes “a modo” de las empresas antisociales como Grupo México, de Germán Feliciano Larrea Mota Velasco; Grupo Peñoles, de Alberto Bailleres González, y Grupo Acerero del Norte (Altos Hornos de México), de Alonso Ancira Elizondo. Lo acusamos también de promover la traición y el divisionismo en las filas sindicales, mediante testaferros de esas empresas.
Acusamos al gobierno de México de mantener una política anti sindical y anti obrera perniciosa, a través de sus funcionarios públicos de todo tipo, pero especialmente mediante el secretario del Trabajo y Previsión Social, el siniestro Javier Lozano Alarcón, para quien hemos demandado ante el Congreso de la Unión que se le abra juicio político, se le destituya de inmediato y se le prohíba ocupar cargo alguno en la administración pública.
Acusamos al gobierno de México de no haber procedido a una negociación conciliatoria, obligando a la empresa Grupo México conforme a la ley, a sentarse a negociar y resolver con respeto y justicia para los trabajadores, las tres huelgas que tenemos en Cananea, Sonora; Sombrerete, Zacatecas, y Taxco, Guerrero, iniciadas el 30 de julio del 2007 y demandamos que el gobierno ordene el retiro de los más de 2 mil “esquiroles” y más de mil elementos armados policiacos que ilegalmente ocupan la mina de Cananea, que son pagados con los impuestos de todos los mexicanos.
Acusamos al gobierno de México de haber encarcelado ilegal e injustamente durante 2 años, 2 meses y 20 días al compañero Juan Linares Montúfar, presidente de nuestro Consejo General de Vigilancia y Justicia, quien ya fue liberado debido a la correcta estrategia de nuestra defensa legal y del compañero Napoleón Gómez Urrutia, así como por la presión internacional de las Federaciones y Sindicatos de todo el mundo, los cuales representan en conjunto a 200 millones de trabajadores. Exigimos la libertad inmediata del compañero Martín Salazar Arvayo, miembro de la Sección 65 de Cananea, Sonora, preso en la cárcel de Agua Prieta, Sonora.
El gobierno de México ha violado sistemáticamente el estado de derecho que dice respetar y se ha encaminado a proteger a las grandes empresas a las cuales sirve, ignorando que las leyes le ordenan que proteja a los trabajadores y sea un factor de neutralidad constructiva en las relaciones obrero-patronales.
Estos dos gobiernos de la derecha, han actuado en complicidad plena con empresas mineras arrogantes y antisociales, como el ya mencionado Grupo México de Germán Larrea, de lo cual resultó el 19 de febrero de 2006 el “Homicidio Industrial” de la mina de carbón de Pasta de Conchos, con los resultados trágicos conocidos y sin que se haya hecho justicia a las viudas de los 65 compañeros mineros que perdieron la vida, ni se haya investigado y castigado a los culpables de la explosión, esto es, el Grupo México.
Nuestra exigencia es que cese toda persecución política, judicial o laboral contra el Sindicato Nacional de Mineros, sus dirigentes y miembros, y contra el Sindicato Mexicano de Electricistas y otras Organizaciones Sindicales Democráticas e Independientes. Demandamos que las autoridades de todo tipo renuncien a criminalizar la acción de los líderes sindicales y de los trabajadores. ¡YA BASTA!
Los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos mexicanos les enviamos un abrazo fraternal y les decimos que no cejaremos hasta alcanzar la victoria en esta lucha por la justicia y la dignidad.
¡Vivan la unidad y la solidaridad de la clase trabajadora mexicana!