SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS, SIDERÚRGICOS Y SIMILARES DE LA
REPÚBLICA MEXICANA
--BOLETÍN INFORMATIVO--
40/2011
Miércoles 6 de julio de 2011
*Otro minero fallece, ahora en La Ciénega, Durango, por negligencia criminal de Alberto Bailleres González, dueño de Grupo Peñoles.
*Ya basta de que empresarios enriquecidos con el trabajo de sus mineros desatiendan las condiciones de seguridad y salud.
*Vuelve a exigir el Sindicato Minero la demanda del compañero Napoleón Gómez Urrutia de que se penalice legalmente a los empresarios irresponsables e insensibles.
Sólo un día después de que falleciera el miércoles 29 de junio en Fresnillo, Zacatecas, el compañero minero Marcos Castorena Reza, por negligencia criminal de la empresa Grupo Peñoles, se presentó otro accidente fatal, debido a la misma negligencia de Grupo Peñoles, pero ahora en la mina de La Ciénega, Durango. Se trata del compañero trabajador Roberto Arellano, procedente de Fresnillo, quien trabajaba para la Constructora de Valente Flores, compañía tercerista o subcontratista promovida por la propia autoridad laboral y prestanombre del mismo Grupo Peñoles.
La muerte ocurrió al desprenderse sobre el compañero Arellano un tubo de acero de 400 kilogramos de peso desde una altura de 3.50 metros, cuando el hoy extinto y otros más procedían al desalojo de material ya quebrado (o paspurria), para nivelar (enlainar) los tambores de la quebradora del mineral. El pesado tubo le pegó en la cabeza al compañero Arellano, quien murió instantáneamente, y llegó al Seguro Social ya sin vida. Nuestro informante, dirigente regional del Sindicato Nacional de Mineros, informó que Grupo Peñoles ocultó a los medios locales los hechos para que no salieran a la luz pública, ya que dicha compañía “outsourcing” trabaja para la empresa de Alberto Bailleres González, por lo cual le corresponde a este empresario arrogante la responsabilidad de este deceso. Esta es la razón por la cual sólo hasta seis días después estamos dando a conocer este nuevo accidente fatal. En esta mina se extraen oro y plata y en ella, junto con la planta de molienda, laboran 450 trabajadores.
Esta pérdida de la vida del compañero Arellano enluta una vez más al gremio trabajador minero, metalúrgico y siderúrgico de México y exhibe la arrogancia e insensibilidad de Grupo Peñoles hacia la vida y la seguridad de sus propios trabajadores, incluso los que recluta por afuera del Contrato Colectivo de Trabajo, con la misma complicidad permanente de las autoridades de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social cuya titularidad es del nefasto Javier Lozano Alarcón.
Ante este nuevo hecho lamentable, el Sindicato Nacional de Mineros reitera la exigencia del compañero Napoleón Gómez Urrutia, nuestro Secretario General, de que se legisle para penalizar hasta con cárcel a los empresarios que actúan con negligencia criminal y no miran por la salud ni la vida de sus trabajadores. Ya basta de que sigan ocurriendo este tipo de negligencias, sobre todo por parte del Grupo Peñoles de Alberto Bailleres González que en el último año suma 6 muertos sólo en 2011 en su mina de Fresnillo por las pésimas condiciones de seguridad industrial que mantiene en todas sus instalaciones, a las cuales ya suma más de 20 muertos en los últimos 12 meses, pero ahora uno más de La Ciénega, Durango.
No le basta a Bailleres González tener la riqueza que ha obtenido del trabajo de los compañeros mineros y que no establezca las adecuadas condiciones de seguridad industrial y de salud para con sus trabajadores. Es indignante que sigan ocurriendo estos hechos fatales y que la autoridad gubernamental no sólo no haga nada para castigarlo, sino que hasta lo proteja. El Sindicato Nacional de Mineros no quitará el dedo de este siniestro renglón y promoverá el castigo a los empresarios responsables.
El compañero Gómez Urrutia y el Comité Ejecutivo Nacional que él encabeza, expresan a los deudos del compañero Roberto Arellano sus más sinceras condolencias, y reitera que no por tratarse de un trabajador “tercerista”, no sindicalizado, dejará de solidarizarse con todos los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México, tanto en el dolor como en su lucha por mejores niveles de vida y bienestar.