MENSAJE DEL COMPAÑERO NAPOLEÓN GÓMEZ URRUTIA, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO NACIONAL DE MINEROS, EN EL 245 ANIVERSARIO DE LA PRIMERA HUELGA MINERA EN AMÉRICA LATINA, OCURRIDA EL 15 DE AGOSTO DE 1766, EN LA MINA REAL DEL MONTE Y PACHUCA.
Lunes 15 de agosto de 2011.
Estimados compañeros trabajadores mineros y sus respetables esposas e hijos:
Estamos celebrando hoy aquí el 245 aniversario de la histórica huelga de Real del Monte y Pachuca, que fue la primera hazaña de la lucha de clases de México, ya que se dio entre un patrón, Pedro Romero de Terreros, Conde de Regla, y sus trabajadores mineros.
Esa fue una hazaña heroica de los mineros de Real del Monte y Pachuca, pues en ese tiempo cualquier protesta o petición colectiva era considerada motín o desorden público, y era severamente castigada. El castigo consistía en enrolar a todo supuesto revoltoso al ejército de la Colonia, meterlo a la cárcel o aplicarle la pena de muerte, o lo que era peor, ser considerado como apóstata o renegado de la religión y ser enjuiciado por el Tribunal del Santo Oficio, o Inquisición, y sometido a los castigos y torturas psicológicas propios de ese arbitrario juzgado, hasta incluso llevarlo a la muerte quemado vivo.
Realizar una protesta era entonces, por lo que se advierte, un acto temerario y muy valiente. Tenemos el orgullo de ser mineros, compañeros, y eso nos viene desde entonces, desde el año 1766, hace 245 años. El orgullo de ser mineros llevó a nuestros ancestros a la protesta colectiva, lo cual entendemos hoy que fue la forma en que se pudieron enfrentar al dueño de la mina, y lo hicieron unidos, ya que percibieron que la unión hace la fuerza. No había sindicatos ni nada que se le asemejara. Tampoco leyes o instituciones que de alguna manera los protegieran de los abusos de los patrones de entonces.
En este caso el patrón era un miembro de la nobleza, el Primer Conde de Regla, Pedro Romero de Terreros, quien alternaba la despiadada explotación del trabajo de los mineros con la hipócrita filantropía feudal española. Se ensuciaba moralmente al explotar a los trabajadores y luego daba unas migajas de limosna o de altruismo para lavarse la cara de explotador de los trabajadores. Los mineros mexicanos de entonces le hicieron cumplir, a la fuerza, sus prédicas de amor al prójimo. Era un pudiente de la época, al cual algunos prepotentes empresarios de hoy, como Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, quieren imitar pero haciendo filantropía no a favor de seres humanos, sino de sus finísimos caballos pura sangre que corren en el hipódromo. Este sujeto también tendrá que pagar sus culpas.
Los mineros de Real del Monte y Pachuca se lanzaron a la huelga sin ninguna esperanza de triunfar, pero decididos a todo. La huelga estalló cuando el Conde de Regla pretendió imponerles mayores cargas y jornadas de trabajo por el mismo salario, mantenían él y sus capataces un mal trato permanente y vejatorio sobre los trabajadores y promovían el inhumano trabajo infantil tanto en la mina como en las plantas de beneficio. Hubo reacciones del aparato judicial y represivo de entonces, pero nada doblegó a los mineros. El resultado fue que al final de cuentas, como los trabajadores no cedieron, y la situación se estaba encaminando a un desorden social mayúsculo, y sobre todo estaba en peligro de interrumpirse el flujo de la plata y el oro hacia el Rey de España, el Conde de Regla se allanó a un acuerdo que favoreció a los mineros.
Este fue un glorioso triunfo de nuestros ancestros mineros. No fue una sublevación desordenada, sino una firme protesta obrera, esto es, fue una huelga. Puede decirse que allí la clase trabajadora empezó el camino histórico de su defensa contra los abusos patronales, que desembocó en el Siglo 20 en la heroica Huelga de Cananea y en la Revolución Mexicana de 1910. Se aumentaron en Real del Monte los salarios, o al menos no se les impusieron nuevas y mayores cargas de trabajo por el mismo salario, y se prohibió el trabajo infantil. Hubo estabilidad y paz social en la región a partir de entonces, durante un largo tiempo.
Compañeros y compañeras: Este ejemplo, igual que otros que ha vivido el gremio minero trabajador, nos estimulan en nuestra actual lucha por la autonomía y por la libertad sindicales. Hemos estado viviendo, resistiendo y combatiendo, la perversa persecución política de parte del poder conjunto de los gobiernos de derecha de Vicente Fox y de Felipe Calderón y los empresarios a los cuales esos gobernantes obedecen en sus políticas de avaricia. Nada nos ha hecho bajar la guardia y nada nos hará doblar las manos en esta lucha de hoy. Queremos demostrar que somos dignos herederos de nuestros ancestros de hace 245 años y que podemos hacer historia propia.
No nos atemorizan sus agresiones de ayer o de hoy, como a los mineros de Real del Monte y Pachuca no los acobardó el tremendo aparato del poder colonial español, que sobre todo anidaba en las conciencias de todo mundo, como enajenación social. Saldremos adelante victoriosos. Tampoco nos impresionan los cobardes que desde el anonimato se dedican a atacarnos desde los correos electrónicos y el internet, sin dar nunca la cara. Frente a esos ataques llenos de la mayor bajeza moral y social, los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México respondemos cerrando filas entre nosotros, incrementando nuestra unidad y hacemos caso omiso de esas vulgaridades.
Seguimos adelante y eso lo demuestra que somos el único Sindicato que en México obtiene los aumentos de ingresos del 14% global, o sea, 3, 4 o 5 veces arriba del índice inflacionario y en las mismas proporciones por encima de todos los demás sindicatos de México a los que la Secretaría del Trabajo encabezada por el nefasto Javier Lozano Alarcón les impone los injustos “topes” salariales que sólo perjudican a los trabajadores y hacen que las empresas incrementen sus ganancias a niveles injustos y depredatorios que nunca se habían visto antes en nuestra historia.
Les informo que estamos procediendo internamente a establecer mecanismos transparentes de manejo de los recursos y de los bienes del Sindicato, para que estos se manejen siempre con la mayor transparencia y honestidad. No es una promesa, sino el anuncio de un hecho que está en proceso de realizarse. No queremos nunca más que haya traidores que roban y se aprovechan de su posición en el liderazgo sindical, para lucrar en su personal beneficio, como lo hizo durante años en el Estado de Hidalgo el corrupto Juan Luis Zúñiga Velázquez, quien ya fue vergonzosamente expulsado de nuestras filas sindicales y a quien le hemos fincado responsabilidades penales y pronto habrá de pagar sus raterías contra los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos. Gente de esa calaña moral debe estar en la cárcel y no andar disfrutando el producto de sus robos por la calle.
Compañeros y compañeras. Les envío un caluroso saludo fraternal en esta fecha histórica para el Sindicato Nacional de Mineros. Venceremos en las actuales luchas, que de eso no le quepa duda a nadie.
