C. PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, LIC. FELIPE CALDERÓN HINOJOSA
A LOS TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS Y SIDERÚRGICOS
A LA CLASE TRABAJADORA
A LA OPINIÓN PÚBLICA
31 de mayo de 2008
En la XXXV Convención General Ordinaria del Sindicato Minero, celebrada del 2 al 9 de mayo, en ejercicio de la autonomía sindical, decidimos que continúe al frente de nuestra Organización el compañero Napoleón Gómez Urrutia, como nuestro Secretario General por los próximos seis años, igual que la elección de otros compañeros para integrar el Comité Ejecutivo Nacional, en un acuerdo unánime que refleja el sentir de los miembros del Sindicato.
Con su característica imprudencia, el Secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, ha manifestado en público y en privado, que no otorgará la toma de nota, en contravención a la decisión autónoma y democrática del Sindicato. De hecho, se espera que hoy mismo firme la resolución que la niegue.
A nadie sorprende esta decisión arbitraria, pues en el largo proceso de negociaciones con la Secretaría del Trabajo, tanto el Secretario Javier Lozano como el Subsecretario Álvaro Castro, han mostrado claramente su preferencia por la no continuidad de nuestro Secretario General, dando a entender que sólo con otro secretario general se podría resolver el conflicto minero que esta administración heredó de la de Fox, lo cual coincide exactamente con la pretensión de Grupo México.
Estos señores no entienden que la decisión no es suya ni de las empresas cuyos intereses parecen representar, sino de los trabajadores sindicalizados.
El Sindicato Minero tiene grandes enemigos como:
A) Germán Larrea Mota Velasco, rico heredero de una de las más grandes fortunas del país, dirigente del Grupo Minero México, un enfermo mental que no tiene empacho en arriesgar la vida de sus trabajadores, para ahorrarse sumas que son ridículas frente a las enormes ganancias que obtiene al explotar los minerales de todos los mexicanos.
B) Javier Lozano Alarcón, Secretario del Trabajo y Previsión Social, quien además de su evidente inexperiencia y sus reacciones infantiles, se ha involucrado en gravísimos escándalos como el del empresario chino Zhenli Ye Gon y el de la empresa Unefón. Su ineptitud ha quedado demostrada con el pésimo manejo del conflicto minero y la descarada manipulación de las resoluciones de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
C) Álvaro Castro, Subsecretario del Trabajo, quien se identifica claramente con los intereses patronales y, en general, con los de la extrema derecha, tal como lo hizo Emilio Gómez Vives al lado de Francisco Javier Salazar Sáenz y de Carlos María Abascal Carranza en el sexenio anterior.
D) Alonso Ancira Elizondo, director de Altos Hornos de México, quien recientemente se ha sumado a la causa de Larrea en contra del Sindicato Nacional y de nuestro dirigente Napoleón Gómez Urrutia, olvidando que hace apenas unos años sufrió también la persecución política del gobierno, que lo obligó a ausentarse del país y que gracias a que el Sindicato Minero no se prestó para golpear injustificadamente a la Empresa, tratando de aprovechar su ausencia, hoy sigue al frente de la misma.
La fuerza del Sindicato Minero radica en cuatro factores principales:
1. La voluntad férrea de sus agremiados, que no están dispuestos a aceptar los vetos y los actos ilegales e imposiciones, ni del gobierno ni de los patrones.
2. La confiabilidad del Poder Judicial Federal, que a través del juicio de amparo ha otorgado la razón en casi todos los casos al Sindicato Minero, dejando sin efectos las ilegales resoluciones de las autoridades laborales.
3. La fuerza moral de nuestro líder Napoleón Gómez Urrutia, quien desde un exilio forzado, absolutamente ilegal e injusto, ha sabido dirigir acertadamente al Sindicato, obteniendo los mejores incrementos salariales del país, manteniendo siempre una amplia comunicación con las bases trabajadoras y respondiendo invariablemente a las formas democráticas.
4. La solidaridad y el apoyo internacional de todos los trabajadores metalúrgicos del mundo, agremiados en la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas, FITIM, y en la USW Steelworkers de Estados Unidos y Canadá.
Hay que recordar que después de dos años de una persecución absurda, a pesar de las enormes sumas que ha invertido el Grupo México y de los apoyos igualmente ilícitos de algunos gobernadores, ni esa empresa ni el gobierno han demostrado ninguna de las acusaciones formuladas en contra de nuestro Secretario General, simple y sencillamente porque son falsas.
Señor Lozano, sepa usted que el Sindicato no se dejará amedrentar por una más de sus arbitrariedades y que sabrá combatirla como lo ha hecho con las otras. Sepa también que es inútil que busque arreglarse con los dirigentes locales, pues el Sindicato está firmemente unido y decidido a buscar el respeto a su autonomía y libertad sindical.
Señor Presidente Felipe Calderón, los señores Lozano y Castro han hecho pública su antipatía por nuestro Secretario General y han mostrado con creces su absoluta falta de respeto a la autonomía sindical, al artículo 123 de la Constitución y al Convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo. No son interlocutores confiables ni capaces de resolver este conflicto, cuya expresión más grave, aunque no la única, son las huelgas de Cananea, Taxco y Sombrerete, que llevan ya diez meses, sin visos de una solución pronta.
La huelga es un derecho de los trabajadores, pero no la estallamos por gusto. No es fácil sostenerla durante tanto tiempo, pues sufrimos los trabajadores, sufren nuestras familias y las comunidades de las que formamos parte, pero es preferible hacerlo antes que aceptar la imposición de las absurdas y arbitrarias decisiones patronales, que con frecuencia han producido la muerte de nuestros compañeros.
Los mineros veríamos con simpatía el cese inmediato de Lozano y Castro, pero de no considerarlo oportuno, quizá por esta misma petición, le agradeceremos que nombre a un interlocutor prudente e inteligente que pueda destrabar este conflicto.
Las Secciones y Fracciones del Sistema Minero Nacional
A LOS TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS Y SIDERÚRGICOS
A LA CLASE TRABAJADORA
A LA OPINIÓN PÚBLICA
31 de mayo de 2008
En la XXXV Convención General Ordinaria del Sindicato Minero, celebrada del 2 al 9 de mayo, en ejercicio de la autonomía sindical, decidimos que continúe al frente de nuestra Organización el compañero Napoleón Gómez Urrutia, como nuestro Secretario General por los próximos seis años, igual que la elección de otros compañeros para integrar el Comité Ejecutivo Nacional, en un acuerdo unánime que refleja el sentir de los miembros del Sindicato.
Con su característica imprudencia, el Secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, ha manifestado en público y en privado, que no otorgará la toma de nota, en contravención a la decisión autónoma y democrática del Sindicato. De hecho, se espera que hoy mismo firme la resolución que la niegue.
A nadie sorprende esta decisión arbitraria, pues en el largo proceso de negociaciones con la Secretaría del Trabajo, tanto el Secretario Javier Lozano como el Subsecretario Álvaro Castro, han mostrado claramente su preferencia por la no continuidad de nuestro Secretario General, dando a entender que sólo con otro secretario general se podría resolver el conflicto minero que esta administración heredó de la de Fox, lo cual coincide exactamente con la pretensión de Grupo México.
Estos señores no entienden que la decisión no es suya ni de las empresas cuyos intereses parecen representar, sino de los trabajadores sindicalizados.
El Sindicato Minero tiene grandes enemigos como:
A) Germán Larrea Mota Velasco, rico heredero de una de las más grandes fortunas del país, dirigente del Grupo Minero México, un enfermo mental que no tiene empacho en arriesgar la vida de sus trabajadores, para ahorrarse sumas que son ridículas frente a las enormes ganancias que obtiene al explotar los minerales de todos los mexicanos.
B) Javier Lozano Alarcón, Secretario del Trabajo y Previsión Social, quien además de su evidente inexperiencia y sus reacciones infantiles, se ha involucrado en gravísimos escándalos como el del empresario chino Zhenli Ye Gon y el de la empresa Unefón. Su ineptitud ha quedado demostrada con el pésimo manejo del conflicto minero y la descarada manipulación de las resoluciones de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
C) Álvaro Castro, Subsecretario del Trabajo, quien se identifica claramente con los intereses patronales y, en general, con los de la extrema derecha, tal como lo hizo Emilio Gómez Vives al lado de Francisco Javier Salazar Sáenz y de Carlos María Abascal Carranza en el sexenio anterior.
D) Alonso Ancira Elizondo, director de Altos Hornos de México, quien recientemente se ha sumado a la causa de Larrea en contra del Sindicato Nacional y de nuestro dirigente Napoleón Gómez Urrutia, olvidando que hace apenas unos años sufrió también la persecución política del gobierno, que lo obligó a ausentarse del país y que gracias a que el Sindicato Minero no se prestó para golpear injustificadamente a la Empresa, tratando de aprovechar su ausencia, hoy sigue al frente de la misma.
La fuerza del Sindicato Minero radica en cuatro factores principales:
1. La voluntad férrea de sus agremiados, que no están dispuestos a aceptar los vetos y los actos ilegales e imposiciones, ni del gobierno ni de los patrones.
2. La confiabilidad del Poder Judicial Federal, que a través del juicio de amparo ha otorgado la razón en casi todos los casos al Sindicato Minero, dejando sin efectos las ilegales resoluciones de las autoridades laborales.
3. La fuerza moral de nuestro líder Napoleón Gómez Urrutia, quien desde un exilio forzado, absolutamente ilegal e injusto, ha sabido dirigir acertadamente al Sindicato, obteniendo los mejores incrementos salariales del país, manteniendo siempre una amplia comunicación con las bases trabajadoras y respondiendo invariablemente a las formas democráticas.
4. La solidaridad y el apoyo internacional de todos los trabajadores metalúrgicos del mundo, agremiados en la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas, FITIM, y en la USW Steelworkers de Estados Unidos y Canadá.
Hay que recordar que después de dos años de una persecución absurda, a pesar de las enormes sumas que ha invertido el Grupo México y de los apoyos igualmente ilícitos de algunos gobernadores, ni esa empresa ni el gobierno han demostrado ninguna de las acusaciones formuladas en contra de nuestro Secretario General, simple y sencillamente porque son falsas.
Señor Lozano, sepa usted que el Sindicato no se dejará amedrentar por una más de sus arbitrariedades y que sabrá combatirla como lo ha hecho con las otras. Sepa también que es inútil que busque arreglarse con los dirigentes locales, pues el Sindicato está firmemente unido y decidido a buscar el respeto a su autonomía y libertad sindical.
Señor Presidente Felipe Calderón, los señores Lozano y Castro han hecho pública su antipatía por nuestro Secretario General y han mostrado con creces su absoluta falta de respeto a la autonomía sindical, al artículo 123 de la Constitución y al Convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo. No son interlocutores confiables ni capaces de resolver este conflicto, cuya expresión más grave, aunque no la única, son las huelgas de Cananea, Taxco y Sombrerete, que llevan ya diez meses, sin visos de una solución pronta.
La huelga es un derecho de los trabajadores, pero no la estallamos por gusto. No es fácil sostenerla durante tanto tiempo, pues sufrimos los trabajadores, sufren nuestras familias y las comunidades de las que formamos parte, pero es preferible hacerlo antes que aceptar la imposición de las absurdas y arbitrarias decisiones patronales, que con frecuencia han producido la muerte de nuestros compañeros.
Los mineros veríamos con simpatía el cese inmediato de Lozano y Castro, pero de no considerarlo oportuno, quizá por esta misma petición, le agradeceremos que nombre a un interlocutor prudente e inteligente que pueda destrabar este conflicto.
Las Secciones y Fracciones del Sistema Minero Nacional
