miércoles, 6 de enero de 2010

SE CUMPLEN 103 AÑOS DE LA GLORIOSA HUELGA DE OBREROS TEXTILES DE RIO BLANCO, VERACRUZ

SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS, SIDERÚRGICOS Y SIMILARES DE LA REPÚBLICA MEXICANA
--BOLETÍN INFORMATIVO--
1/2010
Miércoles 6 de enero de 2010

*Se cumplen 103 años de la gloriosa huelga de obreros textiles de Río Blanco, Veracruz.

*Junto con la huelga de mineros de 1906 en Cananea, Sonora, inspiran nuestra lucha actual por la dignidad obrera y por la autonomía del Sindicato Minero.

*No claudicaremos en nuestro empeño de dignidad, justos salarios y dignas condiciones de trabajo.

*El Sindicato Minero refrenda su llamado a crear una gran alianza de obreros y campesinos para afrontar la crisis.

El día de mañana, 7 de enero de 2010, se cumple el 103 aniversario de la histórica huelga de los obreros textiles de Río Blanco, Veracruz, de 1907, que junto con la de los mineros de Cananea, Sonora, del 1 de junio de 1906, constituyeron las primeras insurrecciones obreras del Siglo XX en México contra la dictadura antisocial y represora de Porfirio Díaz, y ambas fueron antecedentes directos de la Revolución Mexicana, estallada el 20 de noviembre de 1910, que recorrió toda la República Mexicana y encendió las luces de la libertad y la democracia en nuestro país.

El Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, que dirige el compañero Napoleón Gómez Urrutia como su indiscutible Secretario General, rinde respetuoso y ferviente homenaje de recuerdo a la memoria de ambos grupos de trabajadores mexicanos, que decidieron ya no ser esclavos de las empresas y del gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, y se levantaron en protesta contra las condiciones de extrema explotación e indignidad a que eran sometidos, en sucesos de gran trascendencia histórica.

Para el Sindicato Nacional de Mineros ambas luchas son las semillas de las cuales surgió la clase trabajadora organizada de México. Tanto la de Cananea como la de Río Blanco fueron huelgas que comenzaron a definir el perfil de una moderna nación, generosa con sus trabajadores y respetuosa con sus derechos fundamentales a la huelga y al justo salario, así como a la autonomía de sus organizaciones, que posteriormente le dio paso durante el Siglo XX a relaciones más justas de trabajo entre patrones y trabajadores.

Sin embargo hoy, a más de un siglo de distancia, los trabajadores mexicanos advierten cómo el actual gobierno de derecha y las empresas prepotentes pretenden pisotear sus derechos fundamentales, en un absurdo intento de regresar a los tiempos socialmente sórdidos del régimen porfirista, en que toda voz y toda lucha obrera eran aplastadas con hechos de sangre, de inmoralidad y de irresponsabilidad arrogante.

Ambas huelgas, como expresiones puras de la conciencia de la clase obrera entonces naciente, representan el más grande legado de dignidad y lucha con que todos los trabajadores mexicanos contamos en nuestras actuales luchas. En esa herencia nos apoyamos hoy los obreros mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México para seguir adelante, sin vacilaciones, en busca de condiciones más humanas de trabajo, de seguridad y de salud, así como de respeto a derechos fundamentales como el de huelga, el de autonomía y libertad sindicales, y contra todo aquello que pretenda menoscabar la dignidad y la unidad de nuestro glorioso Sindicato Nacional de Mineros, así como contra todo lo que intente vulnerar los derechos de los trabajadores de otros gremios, como hoy ocurre en el atentado contra los hermanos del Sindicato Mexicano de Electricistas.

Si en aquel entonces esas históricas huelgas fueron expresiones aisladas de la nueva conciencia social de los obreros, el panorama de hoy, a pesar de todo, es diferente. Hoy existe una pujante clase trabajadora, tanto en las ciudades como en el campo, que no se dejará arrebatar las conquistas por las que muchos obreros y campesinos dieron la vida y rindieron el esfuerzo hasta sus últimas consecuencias, plagándose de héroes sus páginas de historia. No en vano transcurrió más de un siglo. Se equivocan los enemigos de la clase trabajadora si piensan que el mundo del trabajo se va a dejar agredir permanentemente sin dar respuesta a los ataques que desde el actual gobierno y de las empresas prepotentes, irresponsables e insensibles se dan contra los intereses superiores de los mexicanos.

Este es el momento en que, ante la actual crisis económica, agravada por los despidos de trabajadores como la inadmisible en el gremio electricista, el aumento brutal a los precios de consumos populares básicos y servicios, como la gasolina, el diesel y la tortilla, que repercuten en alzas generalizadas de precios e inflación, así como por los errores de la política económica del actual gobierno en esa y otras materias, las organizaciones sindicales y sociales de todo tipo y siglas deben unir esfuerzos y organizarse para luchar en común, porque de lo contrario el país afrontará muy pronto graves problemas de gobernabilidad y de descontrol social. El Sindicato Nacional de Mineros está abierto, como siempre lo ha estado, al diálogo con todas las organizaciones sindicales y campesinas de México para trabajar en esta línea de unidad y hacer posible esta alianza nacional de los trabajadores de la ciudad y el campo.

Sabemos que se pueden lograr resultados en medio de la crisis, y una muestra de ello es la experiencia del propio Sindicato Nacional de Mineros, que en 2009 y durante estos tres años transcurridos ha logrado, con su unidad y firmeza, y a pesar de la agresión desatada contra el mismo, aumentos de ingresos para sus agremiados del orden del 14% global en cada revisión de Contrato Colectivo de Trabajo o de tabuladores de salario, con lo cual hemos contribuido a que la crisis no repercuta de manera frontal en la economía de las familias de los trabajadores del sector minero, metalúrgico y siderúrgico de México.

Asimismo, al conmemorarse el centenario del inicio de la Revolución Mexicana el Sindicato Minero reitera su solidaridad con el Sindicato Mexicano de Electricistas y su lucha en defensa de la industria eléctrica nacional, el contrato colectivo y la fuente de trabajo para los compañeros electricistas; con los transportistas del país que rechazan el aumento al diesel que repercutirá en una mayor carestía en detrimento de las clases mas necesitadas y con los trabajadores del campo que demandan el cambio del modelo económico en el país.

La unidad inquebrantable y la solidaridad de clase, la lucha por salarios justos y por derechos fundamentales como el de huelga y por la libre y autónoma asociación sindical, son valores supremos por los cuales los trabajadores mexicanos están dispuestos a continuar la lucha, sean cuales sean los pretextos ilegales, las represiones o la compra de traidores viles que nuestros enemigos esgriman contra nosotros.

A más de 103 años de la heroica experiencia de los trabajadores mineros de Cananea, Sonora, y después de los textiles de Río Blanco, Veracruz, en que fueron masacrados impunemente más de 800 compañeros por las fuerzas armadas del porfiriato, en vergonzosa complicidad con los patrones arrogantes de entonces, los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México rendimos fervoroso homenaje a la memoria de aquellos grandes luchadores sociales y reafirmamos que nosotros no claudicaremos en nuestra actual lucha contra las agresiones del gobierno y las empresas que pretenden destruir a nuestro Sindicato Minero, lo cual no lo conseguirán.

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