SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS, SIDERÚRGICOS Y SIMILARES DE LA REPÚBLICA MEXICANA
Un Primero de Mayo de lucha por la dignidad de los trabajadores de México y contra la injusticia.
1º de mayo de 2010
Este Primero de Mayo es una fecha que convoca, antes que a otra cosa, a luchar, a persistir, a no cejar en el esfuerzo por darle su dignidad al trabajo y al trabajador. Nunca fue en rigor una fiesta, pero en esta fecha se celebró durante décadas, por una parte, la existencia de una clase trabajadora pujante y que iba en ascenso, y por la otra, una alianza que en medio de altibajos y rupturas se dio entre los sucesivos gobiernos y los sindicatos. Hoy existe una clase trabajadora siempre pujante, pero muy golpeada por las erróneas y perversas políticas neo-empresariales del gobierno. Y de la alianza entre gobierno y sindicatos no queda más que una sombra que ya se perdió en el pasado social de México.
Del primero de mayo anterior al actual, hay varios hechos, entre otros, qué destacar, desafortunadamente muy negativos. El golpe al Sindicato Mexicano de Electricistas operado el 11 de octubre de 2009, mediante el cual el gobierno actual pretende eliminar a este Sindicato ejemplar de casi un siglo en las luchas de la clase trabajadora de México. Esta pretensión está en curso, pero al gobierno no le será fácil, sino muy difícil, obtener el resultado que buscaba de su golpe de mano anti sindical. No tenemos duda que quienes, como este gobierno, se aferren a su triunfalismo anti obrero de perfiles fascistas, se verán frente a una derrota histórica, pero habrán hecho un daño importante a la clase trabajadora y a los hermanos electricistas.
El segundo hecho notorio es el intento enfermizamente empecinado del actual secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, quien actúa como empleado de grandes empresas oligopólicas, como Grupo México de Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, por destruir al Sindicato Nacional de Mineros que encabeza digna, valiente e inteligentemente el compañero Napoleón Gómez Urrutia, como Secretario General del gremio. El último acto de una larga y perversa persecución política es el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación del 21 de abril de 2010, que por lo pronto se inclinó a favor de Grupo México en su pretensión de desaparecer las relaciones de trabajo en la mina de Cananea, Sonora. A pesar de este incidente, ni a Lozano ni a los empresarios que lo tratan como su empleado, les será posible acabar con este Sindicato, que no ha arriado sus banderas democráticas y de lucha independiente en más de 75 años de existencia, y que seguirá adelante pues tiene aún muchos recursos legales y políticos de los cuales echar mano para resistir y posteriormente vencer, que principalmente son su unidad y su apego a la ley y a la razón.
El tercer episodio es el intento de Lozano y el PAN, felizmente abortado desde su útero legislativo, de imponer una reforma laboral esclavista, al gusto pleno de los empresarios y sus abogados corporativos. Este proyecto ya fue derrotado en la decisión de las bancadas legislativas que hacen mayoría en las dos Cámaras del Congreso de la Unión. Esta reforma reaccionaria “No Pasará”, han dicho una y otra vez los líderes y voceros de unos y otros sindicatos, tanto de los independientes y democráticos, como de los aún uncidos al yugo de una alianza gobierno-sindicatos que ya sólo es un recuerdo nostálgico de lo que fue pero ya no puede ser, y que debe cambiar.
En ningún año precedente de las últimas décadas, un Primero de Mayo se había visto tan sombrío para los trabajadores mexicanos como el de hoy. Para las bases trabajadoras de México más pronto que tarde llegará la hora de la reivindicación de su dignidad y sus derechos fundamentales. Lo indican así los dictámenes y opiniones que a nivel nacional han externado importantes personalidades del sindicalismo, y los juristas laborales e intelectuales, todos ellos adversos a este intento neo-esclavista.
Y también los criterios y fallos que a nivel mundial han expresado sobre las agresiones contra trabajadores mexicanos, poderosas organizaciones internacionales de trabajadores como los United Steelworkers de Estados Unidos y Canadá, USW; la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas, FITIM; la Federación Internacional de Sindicatos de la Química, la Energía, las Minas e Industrias Diversas, ICEM; la Federación Americana del Trabajo, AFL-CIO, así como muchas más, que en conjunto representan a más de 200 millones de trabajadores en todo el planeta. A ellos hay que agregar las inocultables y severas censuras que el Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, ha hecho contra las políticas y acciones antisindicales del actual gobierno de México.
Hasta hace unos 4 o 5 lustros todavía se respetaron cuando menos las formas del trato entre gobierno y sindicatos derivados del llamado “desarrollo con estabilidad”, que mantenía la intención de una alianza social entre gobierno y sindicatos, el cual le permitió a México el relativo desarrollo económico y social que experimentó durante esas décadas, pero que mirado a la distancia fue un desarrollo con pobreza, y que ahora se presenta en los niveles de un subdesarrollo con miseria de amplísimas capas de la población, evidenciada en la pobreza brutal de más de 60 millones de mexicanos olvidados.
Los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México ratificamos nuestra indeclinable decisión de mantenernos en la lucha, que hace cuatro años se inició para defendernos de las perversas agresiones del gobierno de derecha --entonces de Fox, hoy de Calderón-- contra nuestro gremio y contra la clase trabajadora de México. Nos mantendremos en los límites de la verdadera ley, la negociación y el diálogo. Reiteramos nuestra convocatoria al gobierno y a las empresas para llegar a un arreglo global que restañe las heridas en las relaciones laborales y restaure la paz social agredida por los intereses empresariales de grandes firmas oligopólicas y el gobierno.
Pero señalamos que no caeremos en la política de la transigencia o la debilidad hacia las conductas ilícitas con las que tratan de someternos a los dictados de los grandes capitales y el gobierno coaligados. Y esto lo ratificamos en el Primero de Mayo y en cualquier fecha que sea necesaria.
El Comité Ejecutivo Nacional
El Consejo General de Vigilancia y Justicia
Las Secciones y Fracciones del Sindicato Nacional de Mineros
