UN TRATO JUSTO PARA LOS MEXICANOS
Por Richard Trumka –
Presidente de la AFL CIO de los Estados Unidos de Norteamérica
The Hill, 05/18/10 06:23 PM ET
Cuando el Presidente Kennedy envió a su hermano a una gira de buena voluntad alrededor del mundo en 1963, no hubo ningún país en el cual a Robert Kennedy no le fuera preguntado sobre el movimiento de los Derechos Civiles en su país. Personas en Japón, Francia y Alemania habían visto imágenes de camiones incendiados y mangueras contra incendios de Birmingham, y ellos querían respuestas.
Sin embargo, cuando el Presidente Calderón se reúne con el Presidente Obama e interviene en una sesión conjunta del Congreso esta semana, es poco probable que ninguno en este país le pregunte sobre los derechos humanos de los mineros que su gobierno ha perseguido. El no se parará ante el Congreso y explicará porqué la policía mexicana disparó y mato a dos trabajadores mineros en huelga e hirió a mas de otros 100. El no tendrá que explicar porqué el gobierno ha perseguido y exiliado al líder sindical de los mineros, Napoleón Gómez, a pesar de las múltiples sentencias a su favor emitidas por las cortes mexicanas. Ni tampoco nadie preguntará porque 44,000 miembros del sindicato de trabajadores electricistas fueron despedidos sumariamente el pasado octubre. No se le preguntará si los trabajadores mexicanos tienen un derecho real a formar una organización sindical, o incluso como les está yendo económicamente a las personas trabajadoras en México.
AL Presidente Calderón no se le preguntará porque, como nación, hemos elegido no dar prioridad a los trabajadores y sus familias, sino que se han favorecido a las corporaciones multinacionales que fomentan la carrera humana hacia el fondo en cuanto a estándares de vida y de trabajo. Los hombres y mujeres trabajadores, tanto en México como en los Estados Unidos, necesitan buenos trabajos y un trato económico justo, incluyendo la libertad de mejorar sus vidas a través de la formación de sindicatos.
El Presidente Obama y el Congreso deben de hacer los temas de derechos humanos y laborales parte de nuestro diálogo internacional con México, así como con cada otra nación con la que tengamos relaciones diplomáticas y económicas. Los líderes mexicanos están en lo correcto en criticar el racismo apenas velado en la nueva legislación anti-migrante de Arizona y en pedir a los Estados Unidos que hagan más para reducir la demanda de drogas y detener el flujo de armas hacia los cárteles mexicanos. Nuestra nación también deber hacer un llamado al Presidente Calderón para que honre los derechos de los trabajadores, incluyendo la libertad de formar sindicatos y de ganar salarios que mantengan a una familia.
Los 80,000 hombres y mujeres trabajadores en México que llaman a su sindicato “Los Mineros” están tomando una actitud brava contra el Grupo México –la compañía minera más grande del país. Ellos están demandando que la compañía respete su derecho a asociarse y que garantice minas más seguras y salarios que permitan mantener una familia. Un equipo internacional de doctores y especialistas en salud pública declararon a la mina de cobre Cananea del Grupo México como extremadamente insegura en 2007, reportando exposición a polvo tóxico de silicio en un nivel 10 veces más del límite legal permitido. Los trabajadores en la mina han estado en huelga para protestar las condiciones de trabajo inseguras durante casi tres años. Aunque la Junta Federal del Trabajo declaró la huelga ilegal tres veces, cada vez los tribunales mexicanos han estado en desacuerdo. Pero en febrero, los tribunales –sin recibir las evidencias de los trabajadores—permitieron al Grupo México despedir a los trabajadores en huelga, y el gobierno de Calderón ha amenazado con enviar al ejército para desalojarlos.
Grupos internacionales de derechos humanos y laborales han hecho un llamado a Calderón para que termine su persecución a los trabajadores en huelga y han presentado quejas ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y ante la Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos (IACHR por sus siglas en inglés). Líderes políticos de otros socios comerciales de México han instado al gobierno mexicano para que respete los derechos de los mineros. Mientras tanto, la respuesta del gobierno de los Estados Unidos ha sido absolutamente inadecuada.
La visita del Presidente Mexicano Felipe Calderón esta semana también podría ser un hito histórico importante. Después de todo, todavía estamos en la fase temprana de lo que será una globalización de décadas de la economía mundial, y todavía estamos construyendo la infraestructura legal y moral que gobernará a las generaciones que vienen. Las decisiones que tomemos hoy importan profundamente. Calderón debe terminar el exilio del líder de Los Mineros, perseguir a los que atacaron y mataron a mineros e insistir que el Grupo México honre las normas internacionales de trabajo y la seguridad del centro de trabajo. Sin embargo, la cuestión permanece: ¿Nuestro gobierno le pedirá que lo haga?
Trumka es el presidente de la AFL-CIO, que agrupa a 10.5 millones de trabajadores en Estados Unidos.
Fuente:
http://thehill.com/opinion/op-ed/98499-a-fair-deal-for-mexicans
