SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS, SIDERÚRGICOS Y SIMILARES DE LA REPUBLICA MEXICANA

Martes 15 de marzo de 2011

MINAS DE SANGRE

Al Presidente Felipe Calderón Hinojosa

A la clase trabajadora mexicana

A los empresarios de México

A la Opinión Pública

*En sus minas, Grupo Peñoles ha implantado sistemas degradantes de esclavitud contra sus trabajadores.

*Obtiene ganancias de 300 a 500% y sólo da migajas en aumentos de salarios por 6%, sin prestaciones.

*Mientras “la marrana” Pavón se somete a esa empresa, ésta degrada y humilla a los mineros inconformes.

*Grupo México de Germán Larrea no se queda atrás en esta política esclavista contra sus trabajadores; Cananea ya es un nuevo campo de concentración.

La empresa Minera Fresnillo, del Grupo Peñoles cuyo dueño es Alberto Bailleres González, ha iniciado una campaña de medios en el país y en el extranjero para hacer propaganda del progreso que pretende alcanzar en estos años, hasta el 2018, en la producción de oro y plata. El director general de Minera Fresnillo, Jaime Lomelín, el miércoles 23 de febrero de 2010 se soltó diciendo que su pretensión en esta campaña es “entusiasmar a sus accionistas ingleses de la Bolsa de Valores de Londres”.

Pero todos esos proyectos palidecen ante la realidad que viven los trabajadores mineros de los centros de trabajo de Peñoles. En estos existe la explotación más inhumana del trabajo de los mineros zacatecanos, a los niveles de una bestial esclavitud. De lo cual Lomelín y sus jefes no hablan absolutamente nada.

No menciona que en las minas de Grupo Peñoles se registra a diario la más humillante represión contra los trabajadores, se los amedrenta y amenaza con despido si se atreven a protestar o a denunciar las lesivas condiciones de trabajo. Tampoco menciona que en los últimos 2 años han muerto por accidentes de trabajo, que son previsibles, más de 20 mineros, pero que en realidad han fallecido por las pésimas condiciones de seguridad industrial que prevalecen en las minas de Grupo Peñoles, que en estos índices de muerte se “destaca” más que en los halagüeños pronósticos de producción de oro y plata.

Las minas de Grupo Peñoles están convertidas en verdaderos campos de concentración de los trabajadores, iguales o peores que los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Tratan de doblegar a los trabajadores que se inconforman, con castigos como exponerlos al frío, desnudos, en las gélidas madrugadas; o poniéndolos de rodillas ante sus demás compañeros como “escarmiento” a su rebeldía.

¿De qué puede ufanarse este administrador Lomelín? ¿Va a entusiasmar a sus accionistas londinenses con sus campos de concentración nazis?

Pero en esta acción depredadora contra trabajadores dignos, Grupo Peñoles ha contado desde hace dos años aproximadamente con el auxilio servil del traidor Carlos (alias) “la marrana” Pavón, quien con sus grupos de golpeadores a su vez los intimida y los obliga a obedecer al patrón sin chistar. Este sujeto es el que habla de “renovación sindical” en conferencias de prensa que le paga Grupo Peñoles.

De la agresión pagada el 10 de junio de 2009 por Grupo Peñoles y lidereada por “la Marrana” Pavón, con palos, tubos, bates de beisbol y hasta armas de alto poder, resultó muerto, por batazos en el cráneo, el compañero Juventino Flores Salas. Por eso Pavón está demandado por homicidio doloso y destrucción de bienes, y ya se completaron las averiguaciones previas que lo dan como principal responsable, junto con su hermano Héctor, y el líder charro David Navarro.

Otro compañero minero, Alejandro Vega Morales, permanece sin recobrar sus facultades mentales después de la salvaje golpiza que le propinaron los agresores de Grupo Peñoles el 10 de junio de 2009.

Esas son las noticias que en su júbilo empresarial londinense, no difunde el Grupo Peñoles, de Alberto Bailleres González, prepotente dueño de la empresa.

GRUPO MÉXICO CREA CAMPO DE CONCENTRACIÓN
EN CANANEA

Pero el Grupo México, de Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, no se queda atrás, como si estuvieran ambas empresas en una carrera para ver quien explota y humilla más a sus trabajadores. En Cananea, por lo pronto, ha establecido un campo de concentración casi nazi contra los “esquiroles”, que la propia empresa ha “contratado” para suplantar a los auténticos trabajadores. Esto se ve en el hecho de que más de 3 mil policías, grupos paramilitares y “esquiroles” estén allí presentes para reprimir a los 900 auténticos trabajadores mineros en huelga.

Por otro lado, es conocida la tragedia de la mina de carbón Pasta de Conchos, en Coahuila, donde por las infames condiciones de seguridad industrial y desprotección de la salud de sus trabajadores, murieron 65 mineros el 19 de febrero de 2006, sin que nunca, ante el dolor de viudas y familiares, se haya presentado Larrea Mota Velasco siquiera para ofrecerles sus condolencias, y mucho menos para confortarlos en su duelo.

63 cuerpos de los mineros muertos permanecen abandonados en los túneles de esta mina, sin que ni la empresa causante de la tragedia ni los gobiernos cómplices de Vicente Fox y de Felipe Calderón hayan respondido al clamor de viudas y familiares para que se rescaten los cuerpos, pero tampoco estos gobiernos obligaron a Germán Larrea a ofrecerles indemnizaciones justas de por vida a las viudas y a sus hijos. Tampoco se ha reabierto la investigación de las causas reales de la explosión, porque la empresa y el gobierno saben que con ello se descubrirían las responsabilidades de Grupo México en su negligencia para atender correctamente las condiciones de higiene y seguridad industrial. Mucho menos se ha pensado en castigar a los verdaderos culpables de esta tragedia que llenó de vergüenza a todo México ante el mundo.

Pero Grupo México no sólo se “destaca” en este asunto, sino que ya contabiliza en sus diversas minas en todo el país, más de 100 muertos en los últimos años por la misma negligencia criminal con la que afronta la seguridad de sus instalaciones.

Ello, acompañado de las múltiples ganancias que por miles de millones de dólares en recientes fechas ha estado anunciando Xavier García de Quevedo, director de la Compañía Minera México, filial de Grupo México, que obtendrá esta empresa, que es uno de los principales consorcios que cuentan con ganancias multimillonarias en los últimos años. No obstante tan gruesas utilidades, Grupo México se niega sistemáticamente, aún hoy, a 5 años de la tragedia de Pasta de Conchos, a invertir unos cuantos millones de dólares para mejorar sus instalaciones en el aspecto seguridad industrial.

Ni siquiera reaccionan ante el hecho de que su principal dueño, Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, según la revista Forbes ascendió al segundo lugar entre los ultra ricos de México, y ya acumula capital por 16 mil millones de dólares, en tanto que en el tercer lugar de los ricos mexicanos Forbes se encuentra el otro archi rico Alberto Bailleres, de Grupo Peñoles, con una fortuna de 11 mil 900 millones de dólares, a quien nos referimos al principio.

No es tolerable que estos fenómenos de brutal enriquecimiento se estén dando, mientras a los trabajadores se les pagan limosnas y se ponen en riesgo irresponsablemente sus vidas, tal como ocurre en la mina de Cananea, donde han muerto decenas de “esquiroles” contratados por Grupo México para echar a andar esa mina en fechas próximas, según dicen sus directivos como Xavier García de Quevedo. Y han muerto por la misma negligencia empresarial hacia las condiciones de seguridad.

Además, incluso los “esquiroles” contratados por Grupo México son sometidos a inhumanas torturas en el campo de concentración en que esa empresa de Larrea ha convertido a la mina de Cananea.

(Publicado en el Diario de México, hoy martes 15 de marzo de 2011)