El recuento de
Acuña viola la libertad sindical
Napoleón Gómez Urrutia
Articulo publicado en el
Diario La Jornada de México
La reciente
experiencia del Sindicato Nacional de Mineros en Ciudad Acuña, Coahuila, donde
un recuento por la titularidad del contrato colectivo en la maquiladora
multinacional Arnesesy Accesorios de México, PKC, plagado de inadmisibles
trampas, ilegalidades y fraudes, dio un amañado triunfo a la fórmula CTM
coahuilense y a esa empresa, ha dejado la muy importante lección de que los trabajadores,
en cualquier parte del país, ya no están dispuestos a seguir siendo arrastrados
ni aplastados por la fuerza coaligada de los obsoletos empresarios, el viejo
sindicalismo corporativo y los gobiernos federal y estatales, en contra de sus
legítimos intereses y de sus muy justos derechos.
Esta fue una expresión más
del claro signo de los tiempos actuales en el mundo trabajador. Confirma
nuestra profunda percepción de que el pueblo mexicano no es conformista, sino
luchador y valiente. La cerrada votación registrada allí, de sólo 198 votos de
diferencia, en un conjunto de 7 mil 528 del padrón de votantes, que mediante
amenazas y presiones favoreció al corporativismo sindical de la CTM de
Coahuila, indica que ni la empresa PKC ni la central obrera derrotaron la
decidida actitud de los trabajadores de esta maquiladora fronteriza. Los
resultados fueron positivos porque de ninguna manera los obreros fueron
derrotados, sino que inauguraron un camino de dignidad y autonomía sindical que
en el futuro revertirá el resultado desfavorable de los días recientes.
Esto nos lleva a varias
importantes conclusiones. La inicial, que no ganaron los auténticos
trabajadores, sino la corrupción y la traición de la CTM de Coahuila, en claro
contubernio con la ambición y el terrorismo empresarial de PKC, solapados por
los gobiernos municipal, estatal y federal. El desprecio de los gobiernos
panistas hacia la clase trabajadora es lo que ha permitido el surgimiento de
estos nuevos campos de concentración esclavistas.
La segunda conclusión es que
se inició la construcción de un gran movimiento obrero democrático en la
frontera de Ciudad Acuña y en todas las industrias maquiladoras, lo cual es un
gran avance histórico para una clase trabajadora que ha sido abandonada durante
muchos años y condenada a una vida de miseria y marginación. A pesar de los
esfuerzos del capital multinacional, aliado con las élites políticas
coahuilenses y con el concurso mercenario de los medios de comunicación
locales, así como el servilismo corporativo de la débil CTM de Coahuila, hoy
los trabajadores de la maquiladora Arneses y Accesorios de México, filial de la
empresa PKC, de capital finlandés, han dado el primer paso para romper sus
cadenas. Los mineros y las organizaciones democráticas del mundo entero continuarán
apoyando este movimiento, para garantizar su derecho a la libertad de
asociación y a la victoria política y moral, como en todos estos años han hecho
de manera decidida e incondicional.
La tercera conclusión es que
las cifras del recuento sindical fueron elocuentes al expresar, mejor que
ningún argumento, que los trabajadores, hombres y sobre todo mujeres, que
constituyen más de 60 por ciento de la planta laboral de las empresas
maquiladoras instaladas en todo el país, ya no serán conducidos a una
explotación brutal como producto de su necesidad económica, sin derechos ni
protección legal o social, sin conocimiento de los contratos de protección que
las empresas arreglan en la oscuridad con sindicatos blancos, con el objeto de
abusar despiadadamente de su esfuerzo. El hecho de que en un padrón de de 7 mil
528 trabajadores se hayan cancelado nada menos que 2 mil 546 votos (33.8 por
ciento) configura la grave irregularidad tolerada o promovida por la Junta
Federal de Conciliación y Arbitraje. Las otras proporciones fueron, entonces,
de 2 mil 311 votos para la fórmula de los trabajadores con el sindicato minero
(30.7 por ciento) y de 2 mil 509 para PKC-CTM (33.3 por ciento). La diferencia
fue de sólo 198 votos entre las dos opciones (2.6 por ciento).
La cuarta conclusión es que,
para este recuento, es evidente que las autoridades locales y federales se
juntaron para impedir la libre determinación de los trabajadores para escoger a
la organización que los represente, en complicidad con la empresa PKC, que en
todo momento bloqueó y prohibió el paso a las instalaciones fabriles a los
miembros de la opción sindicato minero-trabajadores democráticos, e intimidó
durante tres meses a todos los obreros, permitiendo a los contrarios de la
CTM-PKC el tránsito proselitista en horas laborales. La carga en los medios de
comunicación locales, que sabemos son manejados desde el palacio de gobierno de
Coahuila, fue igualmente asimétrica: todo el tiempo y el apoyo para PKC-CTM, y
cero minutos para la propuesta de los mineros, con el agregado calumnioso de un
mensaje de terrorismo empresarial, intimidación y chantajes permanentes, en el
sentido de que el triunfo del sindicato minero provocaría que la empresa PKC
emigrara de Acuña, lanzado por la propia compañía y por la débil y entreguista
CTM de Coahuila.
Este recuento sindical es un
ejemplo de la degradación inmoral en que han convertido la política laboral los
gobiernos panistas, desde que Vicente Fox designó a Francisco Javier Salazar y
Felipe Calderón a Javier Lozano, que han sido los peores secretarios del
Trabajo que ha tenido el país. Cuánto le han costado a México en conflictos
ilegales estos mediocres, improvisados y corruptos, que los ubican en el
basurero de la historia. Estos funcionarios han sido una vergüenza y merecen el
juicio político nacional e internacional, aunque por ahora se sientan
protegidos y en la impunidad.
Nuestro país no puede ni
debe estar soportando este maridaje cómplice entre gobiernos, empresas y
sindicatos blancos, pues con ello toda política respetable naufragará. En estas
circunstancias, la aprobación de la reforma laboral vendrá a formalizar la
explotación que hoy se practica en la ilegalidad.