MENSAJE DE NAPOLEÓN GÓMEZ URRUTIA, A LOS COMPAÑEROS, VIUDAS Y FAMILIARES DE PASTA DE CONCHOS, EN EL PRIMER ANIVERSARIO DE SU INGRESO A LA MINA

SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS, SIDERÚRGICOS Y SIMILARES DE LA REPÚBLICA MEXICANA

MENSAJE DEL COMPAÑERO NAPOLEÓN GÓMEZ URRUTIA, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO NACIONAL DE MINEROS, A LOS COMPAÑEROS, VIUDAS Y FAMILIARES DE PASTA DE CONCHOS, COAHUILA, EN EL PRIMER ANIVERSARIO DE SU INGRESO A LA MINA. Viernes 20 de noviembre de 2009.

Estimados compañeros, compañeras, viudas y familiares de Pasta de Conchos

Hace un año exactamente, Ustedes descendieron a la mina de Pasta de Conchos, Coahuila, siniestrada el 19 de febrero de 2006 por negligencia de la empresa Grupo México, la cual no ha cumplido las mínimas obligaciones que tiene con los trabajadores, las viudas y los familiares, en lo que nosotros calificamos justamente como Homicidio Industrial, en el que perecieron 65 de nuestros queridos compañeros.

Hace un año, Ustedes cumplieron su palabra de ingresar a la mina, habiéndose organizado previamente con todos los elementos de seguridad y operación que estaban a su disposición, y con el apoyo total e invariable de nuestro Comité Ejecutivo Nacional, que me honro en encabezar, y del Sistema Minero Nacional Trabajador.

Con eso demostraron que sí era posible penetrar a los socavones de ella sin que se pudiera prever ninguna nueva desgracia, dadas las medidas de seguridad con que se rodearon para realizar esta entrada. La meta de Ustedes no era echar a andar la producción de la mina, sino solamente proceder al rescate de los 63 cuerpos de mineros allí mismo fallecidos en aquella trágica fecha y hasta hoy abandonados en ese lugar, para poderles dar santa y civilizada sepultura.

Con ello desmintieron rotundamente a Grupo México y a su cómplice, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que habían hecho un escándalo y organizado represiones contra Ustedes por su intención de ingresar a la mina, anunciando terribles desgracias si lo llegaban a realizar. Pero todo fue un engaño más de mezquinos patrones y funcionarios laborales. Cuando Ustedes ingresaron y retornaron a la superficie sanos y salvos, dieron cuenta de que sí se podía realizar el intento del rescate de los 63 cuerpos, y eso fue algo que disgustó muchísimo a patrones abusivos y egoístas, y funcionarios laborales corruptos.

En vez de que eso hubiera sido motivo para que Grupo México y la Secretaría del Trabajo recapacitasen en su actitud negativa al rescate de los cuerpos, ambos se dieron a la tarea de agudizar sus agresiones contra el Sindicato Nacional de Mineros, primero haciendo caso omiso de la experiencia de Ustedes, incluso reprimiéndolos, y, segundo, congelando fondos bancarios del Sindicato para hacer imposible nuestro apoyo económico a la labor de rescate. No tuvieron éxito en su prédica egoísta de la supuesta imposibilidad del rescate de los cuerpos de nuestros 63 compañeros.

Lo que simplemente pretendían es que nadie pudiese darse cuenta de que el Homicidio Industrial era culpa total de Grupo México y de las venales autoridades laborales que los apoyaban y siguen apoyándolos, precisamente por la falta de condiciones e instalaciones de seguridad industrial que la empresa, en su avaricia por las ganancias fáciles, pero a costa de la seguridad y la vida de los trabajadores, a esta fecha no tiene instaladas en ninguno de los centros de trabajo mineros o metalúrgicos del país. La mezquindad en el uso de los descomunales recursos que obtienen con el trabajo de los mineros, fue y sigue siendo la causa de asuntos vergonzosos como el de Pasta de Conchos.

Ahí están las tres huelgas en Taxco, Guerrero (Sección 17), Cananea, Sonora (Sección 65) y Sombrerete, Zacatecas (Sección 201), estalladas el 30 de julio del 2007, hace ya 27 meses, principalmente por demandar a Grupo México que se instalen condiciones de seguridad e higiene industrial que protejan la salud y la vida de nuestros compañeros trabajadores. Ellos, que sufren las consecuencias de la larga huelga, han decidido no doblegarse ante la cerrazón de patrones y funcionarios corruptos, y siguen en la huelga en defensa de su dignidad y su seguridad. Sus familiares han dicho: “Preferimos mineros en huelga que mineros muertos”. Y también han dicho: “Que no haya nunca más otro Pasta de Conchos”.

Nosotros hemos propuesto que se legisle en esta materia, a nivel federal y local, y se promulguen leyes que castiguen penalmente la negligencia industrial que provoque accidentes y muertes entre nuestros compañeros. Que se castigue a los empresarios irresponsables, incluso con cárcel, para impedir que se siga atentando contra la salud y la vida de los trabajadores. Lo hemos expuesto ante legisladores y dirigentes de partidos políticos, pero hasta el momento nada se ha hecho al respecto. Aprovecho la ocasión para insistir vigorosamente en esta justa demanda, formulada hace más de dos años y medio, de que se castigue ejemplar y penalmente a todo empresario que no cumpla con las condiciones de salud y seguridad industrial, y no sólo en el sector minero, metalúrgico y siderúrgico, sino en todas las empresas industriales y comerciales del país, tanto públicas como privadas.

Reitero que la postura del Sindicato Nacional de Mineros en Pasta de Conchos, es la siguiente:

Primero, el rescate de los cuerpos de los trabajadores mineros fallecidos.

Segundo, la indemnización digna y justa a viudas, familiares y deudos de los mineros fallecidos.

Tercero, el castigo a los responsables directos e indirectos del homicidio industrial, para que caiga sobre ellos todo el peso de la ley y se haga justicia, en un asunto que enlutó a las 65 familias de mineros.

En esta postura nada ni nadie nos va a hacer que retrocedamos. El Sindicato Nacional de Mineros no da su brazo a torcer y siempre cumple su palabra. Con Ustedes queridas viudas y queridos familiares de nuestros compañeros mineros fallecidos, haremos todos los esfuerzos que sean necesarios para que se les haga justicia y, primero, se rescaten los cuerpos de sus queridos esposos, hijos y hermanos.

Nada nos llena de tanta indignación como que haya ocurrido el Homicidio Industrial de Pasta de Conchos. Sólo nos apaciguaremos cuando todos y cada uno de nuestros 63 compañeros reciban santa y civilizada sepultura, y Ustedes la justicia que merecen, no las migajas hipócritas de los arrogantes de las minas y del gobierno.