MENSAJE DEL COMPAÑERO NAPOLEÓN GÓMEZ URRUTIA EN LA MEGAMARCHA DE SOLIDARIDAD DE ORGANIZACIONES SINDICALES, CAMPESINAS Y SOCIALES, CONVOCADA PARA EL JUEVES 10 DE JUNIO DE 2010, DEL ÁNGEL AL ZÓCALO. Ciudad de México.
10 de junio de 2010
Estimados compañeros y compañeras de las
Agrupaciones Sindicales y Sociales participantes:
Estamos hoy ante una nueva agresión de parte del actual gobierno pro empresarial de Felipe Calderón, contra nuestro gremio minero trabajador y, por lo mismo, contra todos los trabajadores de México.
El gobierno perpetró con exceso de fuerza y violencia, el domingo 6 de junio, el desalojo de la mina de Cananea, Sonora, donde nuestros compañeros de la Sección 65 del Sindicato Nacional de Mineros sostienen una larga huelga plena de actos heroicos y sacrificios, contra la arrogante y anti social empresa Grupo México, que los coloca en los primeros sitios de combatividad y resistencia que un conjunto de trabajadores haya realizado nunca en México, al igual que los compañeros de la otras dos heroicas huelgas en Sombrerete, Zacatecas, y en Taxco, Guerrero. Este es un movimiento reconocido en México y en el mundo, que se equipara ya a las más grandes gestas del movimiento obrero internacional, como también lo es la heroica resistencia y combatividad de los hermanos trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, que ni dan su brazo a torcer ni se doblegan ante las agresiones sufridas desde el 11 de octubre de 2009.
En forma simultánea, el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, supuesto sindicalista magisterial, obedeciendo las órdenes de Grupo México, ni siquiera las de un juez en la materia, invadió con sus fuerzas armadas estatales la mina de Pasta de Conchos, para sellarla e impedir que siguieran las tareas de rescate de los cadáveres de 63 de nuestros compañeros que están abandonados en sus socavones, desde el 19 de febrero de 2006. La intención de esta invasión es impedir que se conozca la causa real de la explosión, que sólo es el desprecio a la integridad de los trabajadores y la negligencia criminal de Grupo México, en lo que hemos calificado como “homicidio industrial”, y con ello se perpetúe la impunidad de que ha gozado esa empresa arrogante bajo los actuales gobiernos de derecha.
Estas agresiones las perpetró el gobierno casi exactamente a los 104 años de la represión de la dictadura de Porfirio Díaz contra los mineros de la misma Cananea. Lo cual es una indignante manera con que el actual gobierno pretende celebrar el Centenario de la Revolución Mexicana, esto es, con estas crueles ignominias, burlándose de la historia y de la sociedad mexicanas.
Las nuevas agresiones son el colmo del servilismo de los gobiernos federal y estatal de Coahuila, hacia la empresa de Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, mal llamada Grupo México, que más adecuadamente debía llamarse Grupo Anti México, pues ellos son el peligro real para México, nunca los trabajadores ni sus Sindicatos Democráticos e Independientes. Larrea y sus cómplices son los verdaderos terroristas empresariales del México de hoy.
Hemos dicho que es indignante, verdaderamente grotesco, que para ejecutar el desalojo de Cananea hayan utilizado a jueces, a magistrados e incluso a ministros de la Suprema Corte de Justicia, para avalar la simulación legal en que han querido encubrir esta agresión. Hemos dicho también que la Secretaría del Trabajo y su titular, Javier Lozano Alarcón, pero igualmente la de Gobernación, con su titular, Fernando Gómez Mont, tienen responsabilidades legales, políticas y morales extremas por hacer uso de la fuerza. La agresión contra Cananea es una vergüenza histórica, un retroceso a épocas que fueron borradas por la insurrección del pueblo. ¿Es esto a lo que le están apostando esos sátrapas privados y públicos que por hoy detentan el poder y la riqueza?
Los neoporfiristas de hoy, es decir, este gobierno y los empresarios que le ordenan cuál debe ser la política anti social a Felipe Calderón, pretenden que el país retroceda a las épocas del “mátalos en caliente” del dictador Porfirio Díaz, quien al menos no era hipócrita y se declaraba enemigo de toda reclamación del pueblo y los trabajadores. Estos neoporfiristas de hoy se llenan la boca de estado de derecho y de legalidad, pero actúan exactamente en sentido contrario a lo que predican. La ilegalidad y la arbitrariedad son sus consignas reales.
Los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México seguiremos la lucha. Nuestros agremiados de Cananea han declarado que repudian cobrar ninguna liquidación de las que tramposamente les ofrece el actual gobierno en sucia combinación con la empresa de Larrea. Y esto lo han decidido por ellos mismos, no por ninguna imposición del Sindicato Nacional de Mineros a ellos, sino por el acuerdo que tomaron libremente en su asamblea general del lunes 7 y que ratificaron el día de ayer. Nuestros compañeros no van a regalar su trabajo, su vida, su familia, su contrato colectivo a una empresa que se ha caracterizado por ser totalmente explotadora de los trabajadores.
No le va a ser fácil a Grupo México poner en operación la mina de Cananea, ni con miles de policías federales o estatales, como los que enviaron el domingo 6 a atracar, por la noche, como asaltantes vulgares, a nuestros compañeros en huelga.
Lo que han hecho con esta represión es llevar al extremo la tensión laboral y social en México. Es verdaderamente indignante esta agresión contra trabajadores, pero también contra el derecho de huelga y contra todo el orden constitucional.
También hemos dicho que es una verdadera estupidez señalarme a mí como el responsable de la situación en Cananea, que ha sido repetida hasta la nausea por los voceros del gobierno y la empresa Grupo México, pero que también ha sido coreada por los traidores y “charros”, sujetos sin moral ni escrúpulos como la “marrana” Pavón, "golfa" del sindicalismo a la que desgraciadamente hay todavía algunos pocos que por ambición e ignorancia lo escuchan y le dan alguna credibilidad. No nos engañemos, compañeros y compañeras, estos traidores se están pudriendo en su propia vileza. Pero aparecen en público cada vez que se los ordenan sus amos, para cobrar los dineros sucios producto de su traición.
Los únicos culpables de la situación de Cananea son el gobierno federal y la empresa Grupo México del psicópata Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, nombre que ya es sinónimo de enfermedad mental y arrogancia del poder. ¿Cómo se le puede llamar a un sujeto que en los últimos 4 años registra en su empresa más de 100 trabajadores muertos por las pésimas condiciones de seguridad e higiene industrial que prevalecen en sus centros de trabajo, sin haber sido castigado por el gobierno, ni haber nunca instalado las condiciones de seguridad que se requieren en este trabajo de suyo riesgoso?
Compañeros y compañeras: Seguiremos la lucha, que de eso no le quepa duda a nadie. Hay algunos jilguerillos columnistas y de prensa que se jactan de ser de izquierda, pero que atacan a los sindicalistas independientes y democráticos como nosotros. A estos les decimos que los hemos estado siguiendo en sus textos y que está llegando el momento en que pierdan toda credibilidad. Nosotros nos mantenemos en la lucha, la cual no se ha acabado ni se terminará hasta que consigamos justicia plena, tanto ustedes como nosotros. Que Lozano Alarcón no cante victoria anticipadamente como jilguero de Larrea, tal cual lo está haciendo hoy, pues bien sabe que este no es más que un episodio de una larga lucha y que su turno de derrota le habrá de llegar.
Compañeros y compañeras: La violencia no es el camino de los trabajadores o sus Sindicatos Democráticos o Independientes. Ese, el de la violencia, sí es el camino del gobierno y de los empresarios, ambos neoporfiristas de pacotilla, que actúan como delincuentes organizados. Triunfaremos a la larga o a la corta, porque tenemos la razón histórica de nuestra parte y estamos apegados al derecho y a la justicia. Nuestra lucha, como la de todos ustedes, no habrá de cejar mientras exista un gobierno antisocial como el que padecemos, o mientras existan empresas sin ninguna responsabilidad social como las que también padecemos.
¡Un saludo cordial, compañeros y compañeras!
¡El gremio minero trabajador está en lucha hasta alcanzar la justicia plena!
