MENSAJE DEL COMPAÑERO NAPOLEÓN GÓMEZ URRUTIA, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO NACIONAL DE MINEROS, EN LA MEGAMARCHA DE ORGANIZACIONES SINDICALES, CAMPESINAS Y SOCIALES, DEL JUEVES 1º JULIO DE 2010.
Estimados compañeros y compañeras:
Apreciados dirigentes de las Organizaciones Sindicales, Campesinas y Sociales:
Una vez más estamos aquí, en esta gran marcha por la unidad y la combatividad de los trabajadores mexicanos, para refrendar nuestra solidaridad y nuestro profundo deseo de unidad de todas las organizaciones participantes. Nos han expresado de antemano su apoyo a las luchas del gremio minero trabajador de Cananea, Sonora, Sombrerete, Zacatecas, y Taxco, Guerrero, en huelga desde hace tres años, y también a la lucha que está desenvolviendo hace 8 meses el Sindicato Mexicano de Electricistas, ambos por su existencia autónoma y por su supervivencia como agrupaciones de trabajadores dignos.
En Cananea, el actual gobierno represor comete otros atentados contra todos los mexicanos, pues con recursos oficiales, que son del pueblo mexicano, está sosteniendo la agresión contra trabajadores auténticos, de más de 2 mil elementos armados de la Policía Federal, usándolos como nodrizas para proteger a los esquiroles que la empresa Grupo México de Germán Feliciano Larrea ha contratado ilegalmente. Cómo es posible que se dilapiden recursos federales que, insisto, son de todos los mexicanos, para proteger los actos ilegales e inconstitucionales de Larrea Mota Velasco de meter esquiroles a la mina, mientras le niegan el agua y los servicios a los mineros y a la población.
Expreso a Ustedes mi absoluta solidaridad hacia la huelga de hambre que trabajadores del hermano Sindicato Mexicano de Electricistas desenvuelven en el Zócalo capitalino desde más de un mes, sin doblegarse, incluso poniendo en serio peligro su salud y su vida. Este es un gran ejemplo de lucha sin descanso, heroica, de los compañeros que ayunan, los que no han dado muestras de flaqueza sino de resistencia y honor.
Nuestros compañeros mineros en huelga desde hace casi tres años en Cananea, Sombrerete y Taxco, a quienes desde aquí refrendo mi más fraternal saludo, también han dado un magnífico ejemplo de lealtad a nuestra Gran Organización, el Sindicato Nacional de Mineros, que me honro en encabezar. La lucha que han afrontado con dignidad y valentía, también los sitúa en México y en el mundo entero, como luchadores heroicos por la autonomía y la libertad sindical, tal como lo han reconocido las Organizaciones Internacionales de Trabajadores que nos otorgan su total solidaridad, igual que a los compañeros electricistas.
Ambos gremios hemos dado una colosal muestra de gran fuerza, resistencia y dignidad, sin dejar de combatir dentro de los cauces de la ley, a pesar de que nuestros enemigos la han violado impunemente a lo largo de los dos conflictos, y la siguen violando.
Está muy claro que el gobierno de Felipe Calderón, obediente a los empresarios oligarcas, pretende destruir a los respectivos Sindicatos Minero y Electricista, para poder manipular las relaciones laborales en perjuicio de los trabajadores y de nuestras Organizaciones Independientes y Democráticas.
No tiene límites, compañeros, el ilegal afán de dominio del gobierno y de las empresas oligarcas que le ordenan al primero qué es lo que debe hacer. Ahora, de la criminalización de nuestra legítima lucha social y sindical, están pasando a la agresión directa, con atentados criminales contra trabajadores, dirigentes y Sindicatos, pues aunque escondan la mano que tira la piedra alevosa, nadie se llama a engaño: es el gobierno de Felipe Calderón el que lanza la piedra. Es una muestra más de la política represiva de corte fascista que emplea este gobierno.
Hace unos días, el 23 de junio, asesinaron al compañero electricista José Juan Rosales Pérez de un balazo en la cabeza, en lo cual nuestra obligación y nuestra lucha es exigir que se castigue con todo el peso de la ley a los autores intelectuales y materiales de este crimen.
En Guanajuato, la Mina El Cubo, escenario de una gran gesta sindical del 22 de abril de 1937, donde fueron asesinados 7 compañeros mineros que luchaban por la creación de un Sindicato, ha vuelto a ser motivo de conflicto. La empresa minera canadiense Gammon Gold se niega a repartir utilidades a sus trabajadores, que legalmente les pertenecen pues ya las ganaron, y a cambio de ello ha declarado que “despide” a casi 400 sindicalizados. Esta conducta cerrada y bárbara de la empresa es apoyada e impulsada, una vez más, por el actual titular de la Secretaría del Trabajo, Javier Lozano, enemigo frontal de los trabajadores. Con esa complicidad vergonzosa, la empresa se siente segura en su postura de negar todo derecho a los trabajadores de la Sección 142 de nuestro Sindicato Nacional de Mineros.
Incluso antenoche, entre el martes 29 y el miércoles 30 de junio, elementos de la fuerza pública pretendieron ingresar a El Cubo para apoderarse de los explosivos que toda mina tiene para el trabajo. Los compañeros de El Cubo no permitieron tal despojo, operado sin ninguna orden judicial o mandato legal, y con su sentido de responsabilidad evitaron que esta agresión derivase hacia actos violentos. En El Cubo, cada año los mineros recuerdan a los “Mártires de Guanajuato” de 1937, lo cual indica que son un gremio firme en su dignidad y su unidad, que lucha contra toda agresión. Estamos en alerta ante nuevas provocaciones de la autoridad y de dicha empresa.
El Sindicato Nacional de Mineros manifiesta su total rechazo y protesta a estas agresiones, las cuales forman parte de la embestida gubernamental contra los trabajadores. Mineros, electricistas, trabajadores de la educación, sobrecargos de aviación, campesinos y muchos gremios y grupos populares, hemos sido víctimas de esta política fascista represora proveniente de las diversas instancias del actual gobierno. Se configura, entonces, un estado de agresión permanente contra los trabajadores, sus dirigentes y sus organizaciones.
El grupo en el poder se vale de estas acciones, una vez que ha fracasado en su intento de crear supuestas y falsas “oposiciones” o “disidencias” dentro de las organizaciones sindicales, como lo ha intentado en el Sindicato Minero a través de sujetos inmorales y traidores como el “sope” Elías Morales o Carlos “la marrana” Pavón, y como lo ha intentado en el Sindicato Mexicano de Electricistas a través del traidor Alejandro Muñoz, quien actúa como sirviente dócil de Javier Lozano, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Como esto no les ha resultado, por eso ahora acuden desde el gobierno y algunas empresas a los atentados físicos criminales contra dirigentes de trabajadores. Este es el caso del asesinato, el 10 de junio de 2009, del compañero Juventino Flores Salas en Fresnillo, Zacatecas, donde una turba de golpeadores dirigidos por “la marrana” Pavón y pagados por la empresa Minera Peñoles, lo asesinaron con salvajismo a batazos en el cráneo, crimen hasta hoy impune por la complicidad de la gobernadora Amalia García Medina.
Exigimos que se investiguen a fondo todos estos crímenes y se castigue con rigor a sus autores materiales e intelectuales. Nos oponemos a esa conducta de barbarie social y política, que en el ambiente descompuesto de la llamada “guerra” contra la delincuencia organizada, ya también ha llegado a las filas de la política, como lo evidencia el asesinato del candidato a gobernador de Tamaulipas, doctor Rodolfo Torre Cantú, a sólo unos días de las elecciones en esa entidad federativa.
Qué se puede esperar de este gobierno que en vez de combatir estos delitos, sólo opone declaraciones optimistas y no acciones eficaces.
Todo esto exige, compañeros y compañeras, que los trabajadores y nuestras organizaciones nos unifiquemos ya, de una vez por todas, para oponernos a la nueva escalada de barbarie y violencia que está en marcha. Que superemos toda posible diferencia y que actuemos como un solo frente ante los problemas comunes que nos perjudican, tal como ya lo hemos venido haciendo en las diferentes etapas de nuestra lucha, y como lo estamos ratificando este jueves 1º de julio en esta gran marcha.
Reiteramos que no nos dejaremos vencer, ni nos doblegaremos, ni nos amedrentaremos. La unidad de los trabajadores mexicanos y nuestras organizaciones lo harán posible.
¡Nada nos podrá detener en la defensa de nuestros intereses genuinos, a condición de que cerremos filas y construyamos la unidad de la clase trabajadora de México!
¡Hasta la victoria, compañeros y compañeras!
