SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS,
SIDERÚRGICOS Y SIMILARES DE LA REPÚBLICA MEXICANA
--BOLETÍN INFORMATIVO--
31/2012
Jueves 26 de julio de 2012
*El oportunista Tereso
Medina Ramírez pretende dirigir a los trabajadores de la empresa PKC de Ciudad
Acuña, Coahuila.
*Representa lo peor y más
nocivo del mundo sindical de nuestro país, pues está siempre al servicio de las
empresas y de los gobernantes y políticos anti sociales.
*Siendo del PRI, promovió la
contrarreforma laboral del PAN que anularía las conquistas que la clase obrera
ha alcanzado en todo un siglo.
*Los trabajadores de PKC son
los únicos que tienen qué decidir sobre la representación sindical que los
agrupe, y nunca las empresas ni el gobierno.
Con
viles calumnias y falsedades, Tereso Medina Ramírez, bien conocido como
“charro” sindical, se manifestó en días pasados contra el Sindicato Nacional de
Mineros que dirige el compañero Napoleón Gómez Urrutia como su Secretario
General. Aquel sujeto, quien se ostenta con falsedad como dirigente del espurio “Sindicato Nacional de
la Metalurgia”, declaró que “disputará la titularidad del contrato colectivo de
trabajo” de la empresa PKC, antes denominada Arneses de México, con sede en
Ciudad Acuña, Coahuila. Pero lo hace esgrimiendo mentiras inocultables contra
quienes han avanzado en el proceso de aglutinar los esfuerzos dignos de los
trabajadores de dicha compañía.
Dijo
que él da la cara por los trabajadores, pero los de PKC no se la han visto en más de un año, y sólo cuando sus amos en
el gobierno y en las empresas privadas que lo patrocinan se lo ordenan, es que
acude en estos días a pretender disputar el liderazgo de los que trabajan para
dicha compañía productora de accesorios para vehículos de diverso tipo. Y
agregó que él “garantiza” 30 años de estabilidad laboral en esa empresa, o sea,
hasta el año 2042, como si mágicamente tuviera el control del futuro. A ese
grado de ridículo llega la miserable falta de salud mental de ese sujeto, quien
en este intento es apoyado por el actual presidente municipal de Acuña y por el
hijo del ex gobernador Humberto Moreira Valdés, a quien están proyectando para
el puesto de alcalde de la ciudad fronteriza. A este nivel llega la mafia
político-sindical de Coahuila en su pretensión de control político del estado.
Cuando se lanza con mentiras contra el Sindicato Nacional de Mineros,
pretende ignorar que en esta Organización todos siguen apoyando la política
sindical que Napoleón Gómez Urrutia ha llevado a cabo, resistiendo con gran
dignidad la perversa persecución política de la que ha sido objeto, junto con
sus representados, durante más de 6 años, a pesar de lo cual es el único
sindicato que en México está siempre al servicio de sus agremiados y sus
familias, obteniendo invariablemente los más altos salarios y prestaciones
sociales en todo el país, del orden global entre 14 y 19% anual de incrementos,
muy por encima del índice inflacionario y del mezquino 4% que el gobierno y las
empresas les conceden a la CTM y a los sindicatos “charros”, obedientes al
injusto “tope” salarial establecido oficialmente.
Tereso
Medina pretende ignorar que nadie apoyaría a quien les haya quitado su dinero a
los trabajadores, que no es el caso del líder nacional del Sindicato Nacional
de Mineros, quien ha sido exonerado legalmente de toda responsabilidad por el
manejo de recursos del fideicomiso minero, y por el contrario ha conseguido
invariablemente los más altos ingresos para sus representados. Medina intenta
ocultar este hecho fundamental de la actual realidad sindical de México, donde
la mayoría de los organismos gremiales tradicionales o corporativos les dan la
espalda a sus agremiados, los engañan, les ocultan la verdad de su situación y
sus contratos colectivos de trabajo, justifican todos los atropellos que contra
ellos cometen las empresas y el mismo gobierno y les niegan el derecho a
reclamar por sus justas demandas de dignidad y de justicia.
A un
año de haber pretendido ser impuesto como “charro” por la empresa, Tereso
Medina se presenta a Ciudad Acuña a inaugurar el edificio sindical que la
propia compañía le regaló, cuando lo importante hubiera sido que luchara por
incrementos de salarios y prestaciones. En vez de andar en “grillas” menores, Tereso Medina no protesta contra la
inseguridad en las minas del estado, con su última dolorosa tragedia debida a
la negligencia gubernamental y empresarial en un “pocito” de Múzquiz, Coahuila,
donde fallecieron 7 trabajadores mineros, que se suma a la larga lista de
muertos ocurridos en dicha entidad. Esto lo haría un verdadero trabajador, pero
no él ni sus similares en esa y otras entidades de la República.
Por
todo eso, no se entiende cómo una persona sin calidad moral ni política, que
dice pertenecer a la CTM en Coahuila, pero a quien repudian totalmente los demás líderes de esa misma central en el
estado norteño, como es el caso de Oswaldo Mata de Monclova, se permite
calumniar al líder nacional de Los Mineros, cuando Napoleón Gómez Urrutia ha
logrado incluso desde el exilio los más altos niveles de ingreso para sus
representados, y por esto se ha ganado el respeto y el reconocimiento tanto en
México como en el mundo, donde organizaciones internacionales que representan a
más de 200 millones de trabajadores lo apoyan y le manifiestan su incondicional
solidaridad. Donde incluso ha sido reconocido con el prestigiado Premio
Internacional Meany-Kirkland, que le otorgó la más poderosa organización de
sindicatos de Estados Unidos, la Federación Americana del Trabajo, AFL-CIO, en
noviembre de 2011.
El
nefasto y patético personaje que es Tereso Medina tampoco puede ocultar que él
ha estado siempre servilmente al servicio de las empresas. Pese a lo cual
últimamente pretendió escalar a una senaduría de la nación, por fortuna sin
suerte.
Este
“charro” fue uno de los impulsores en la Cámara de Diputados federal, de la
reforma a la ley laboral que prepararon los abogados empresariales y el
gobierno del PAN cuando el titular de la Secretaría del Trabajo fue el también
nefasto Javier Lozano Alarcón, de pésima memoria como el peor secretario del
Trabajo y Previsión Social que haya tenido México en su historia, por su
empecinada enemistad contra los sindicatos libres, democráticos y autónomos de
México. Con esa reforma laboral perderían todos sus derechos fundamentales
tanto los sindicatos, incluso los institucionales a los que él se ostenta que
pertenece, como sobre todo los trabajadores en su conjunto, pero que ni
siquiera han aceptado las demás organizaciones sindicales tradicionales o
corporativas a las que dice dirigir.
Tereso
Medina planteó, en obediencia al gobierno panista de Felipe Calderón, siendo
priísta, una contrarreforma laboral que volvería legales los contratos de
protección, los sindicatos blancos y el llamado “outsourcing” que atenta contra
relaciones laborales constructivas, las cuales son modificaciones que de
realizarse irían en beneficio de los empleadores y contra los intereses de las
bases trabajadoras. Es una reforma laboral que anularía las conquistas que
durante un siglo conquistaron con su lucha las fuerzas sindicales de México
bajo liderazgos y gobiernos que a pesar de sus desvíos y traiciones, alcanzaron
a tutelar los derechos e intereses de los trabajadores, tales como el derecho a
la huelga, universalmente admitido como recurso de los asalariados contra los abusos y la explotación de la mano
de obra.
Es
lamentable que Tereso Medina, siendo un entreguista al servicio de las
empresas, hoy quiera manchar la imagen de una organización, como el Sindicato
Nacional de Mineros que encabeza Napoleón Gómez Urrutia, la mejor organización
democrática del país, dedicada a defender y mejorar las condiciones de trabajo
y de vida de sus agremiados y sus familias.
La nuestra es una invitación fraternal a nuestros
compañeros de PKC a ejercer su derecho a la libertad de asociación sindical,
tal como lo promueve y permite la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos
y lo estipula el Convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT.
Pero también es una convocatoria a que no permitan que sujetos como Tereso
Medina pudieran llegar a encabezar a los trabajadores de PKC, que han dado
suficientes y valiosas muestras de independencia, autonomía y dignidad como
para dejarse arrastrar a la aventura “charra” de ese sujeto.
Son los auténticos trabajadores de PKC los únicos
que tienen que decidir sobre la representación sindical que los agrupe, y no
las empresas ni el gobierno, ni mucho menos “charros” descalificados como el
que nos ocupa.