SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS,
SIDERÚRGICOS Y SIMILARES DE LA
REPÚBLICA MEXICANA
--BOLETÍN
INFORMATIVO--
35/201
Sábado 4 de agosto de 2012
*Otro
“homicidio industrial”, ahora en la mina 7 de El Progreso, Coahuila; 6 trabajadores
resultan muertos en la explosión de una mina de carbón.
*Inocultable
responsabilidad penal de la empresa MIMOSA, que pertenece a Alonso Ancira
Elizondo, director de Grupo Acerero del Norte y de la Siderúrgica Altos Hornos
de México.
*Hay
una guerra de exterminio de las empresas contra trabajadores de las minas de
carbón; sólo en Coahuila han perecido cerca de 200 mineros desde el 2006 hasta
el día de hoy.
*Imperioso
que se promulguen leyes penales contra la negligencia criminal de los voraces empresarios
insensibles, arrogantes y sin responsabilidad social.
*Otra
agresión a trabajadores de la Sección 288 de Monclova, por los mercenarios de Alonso
Ancira Elizondo.
Otra tragedia minera enluta a las familias de
trabajadores del carbón en Coahuila. Un derrumbe ocurrido a las 10:15 horas de
este viernes 3 de agosto de 2012, en la mina 7 de Minera de Monclova, SA,
MIMOSA, propiedad de Altos Hornos de México de Alonso Ancira Elizondo, dejó
como saldo siniestro 6 mineros muertos, que no pudieron escapar al percance. La
empresa MIMOSA dice que todo fue ocasionado por un derrumbe, no por una
explosión de gas metano, pero algunos de los sobrevivientes revelaron que esta fue una explosión, en la que
murieron inmediatamente los 6 mineros.
Según aquella
muy ligera explicación, 100 toneladas de carbón se precipitaron sobre los
trabajadores después de que ellos perforaron una pared y encontraron una bolsa
de gas metano, que empujó el derrumbe del material, pero según MIMOSA sin que
mediara una explosión de gas, cosa inverosimil. Los hechos ocurrieron en el
municipio de Progreso, Coahuila, del mismo municipio de Múzquiz, donde hace una
semana y media 7 mineros perecieron por otra tragedia en un “pocito” ocurrida
en lugar cercano.
Los
trabajadores ayer fallecidos son: Santiago Chávez Navarro, José Juan Vázquez
Velázquez, Marcos Alejandro Morales Silva, Rodolfo Alfredo Macías González,
Adolfo Vigil Medina y José Alfredo Zarazúa Torres, pero un reporte distinto
señala que otro de los fallecidos es Joel López López, en tanto que el
rescatado con vida es Armando Robles Piña, quien fue trasladado a una clínica.
La
empresa MIMOSA informó que la mina 7 está dotada de modernos recursos para el
auxilio de los trabajadores, y que por ello pudieron ser evacuados 285 de ellos que se encontraban laborando en
el interior de la mina. Pero el resultado persistentemente es el mismo. Los
trabajadores mineros son las víctimas evidentes de la imprevisión, la
insensibilidad y la irresponsabilidad criminal de las empresas mineras, grandes
o pequeñas, que no establecen adecuadas medidas de seguridad para la protección
de sus trabajadores, siendo según la Ley Federal del Trabajo una obligación
absoluta de las empresas asegurar la protección, la salud y la vida de sus
trabajadores, no sólo en la minería, sino en cualquier otra actividad.
Todo
indica que una vez más estamos ante un “homicidio industrial”, del mismo tipo
de los que han ocurrido en Coahuila y otros sitios del país, como el de la mina
8 de Pasta de Conchos, del 19 de febrero de 2006, cuyos responsables, los
directivos y accionistas del Grupo México, del irresponsable empresario Germán
Feliciano Larrea Mota Velasco, siguen en total impunidad, sin que el gobierno
federal haya castigado la irresponsabilidad criminal de esta empresa, que condujo a ese
desastre. Sólo en Coahuila, se ha denunciado que en los últimos 6 años han
muerto cerca de 200 mineros, tanto en minas como en “pocitos”.
Lo
cual configura que hay una guerra de las empresas contra los trabajadores mineros,
a los cuales las empresas pretenden de plano exterminar. Los trabajadores son
sólo cifras de contabilidad para esas empresas que sólo buscan utilidades a
costa de lo que sea. Hay ejecutivos de las compañías mineras que ante las
evidencias de irresponsabilidad criminal de sus empresas, sólo alzan los
hombros y dicen que son cifras sumamente bajas, “tolerables”, las de los
fallecidos en los “homicidios industriales” y que, por otra parte, son
“inevitables”.
La
verdad es que ni los gobiernos federal y estatales hacen nada para proteger la
salud y la vida de los trabajadores, ni menos para impedir que estos siniestros
se repitan. En este último caso de la mina 7 de Progreso, la administración de
la empresa alardea que es muy moderna y está equipada con los más modernos
recursos técnicos para enfrentar los desastres, pero el resultado es el mismo.
Siempre hay mineros fallecidos, que dejan en el abandono a las familias que de
ellos dependen. Pero no permiten que los trabajadores de los “pocitos” o las
minas se sindicalicen y con ello adquieran la protección debida.
Para el Sindicato Nacional de Mineros se trata de toda una
guerra de exterminio contra los trabajadores mineros, parecida solamente a las
muertes que produce el crimen organizado, pero contra la cual no hay ninguna
campaña, así sea demagógica, por parte de las autoridades.
Ya basta, decimos en el Sindicato Minero, de tanta
simulación, corrupción y complicidades entre el gobierno y los empresarios
mineros. El Sindicato Minero condena estos percances producto de la arrogancia
mortífera de las empresas. Estos y sus ejecutivos no arriesgan nada en la
operación de las minas, mientras que los trabajadores mineros sí lo hacen, por
el solo hecho de entrar a la mina a trabajar todos los días. Por eso es que
hemos demandado hace ya años que se promulguen leyes que castiguen hasta con
cárcel a los empresarios y sus colaboradores que permiten que ocurran estos
accidentes.
Es
preciso poner un alto a la irresponsabilidad criminal de empresas como las de
Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, de Grupo México, y ahora la de Alonso
Ancira Elizondo, director del Grupo Acerero del Norte, de Altos Hornos de
México y de la mina 7 de MIMOSA, ayer siniestrada. A ver si después de un
castigo penal ejemplar no se mueven presurosos los empresarios insensibles para
crear las condiciones adecuadas de seguridad industrial y protección de la
salud de sus trabajadores.
GOLPEADORES DE
ANCIRA AGREDIERON A 3 TRABAJADORES
Pero
Altos Hornos mantiene su línea represora y de terrorismo empresarial. A las
6:00 horas de la mañana de ayer mismo, 3 trabajadores de la Siderúrgica 2 de Altos Hornos de México,
AHMSA, fueron salvajemente agredidos por golpeadores mercenarios de Alonso
Ancira Elizondo, cuando aquellos estaban realizando labores de “volanteo” en
las que denuncian las amenazas, represión y arbitrariedades de la empresa y de
los “charros” locales en contra de la base trabajadora.
Los
compañeros agredidos cobardemente por una turba de 30 mercenarios fuertemente
armados, son Rafael Ramírez, Saúl de la Cruz Zambrano y Mario Palacios, todos
ellos miembros activos de la Sección 288 de Monclova.
Dos de
los golpeadores mercenarios de Ancira Elizondo son Armando Rentería, alias “el
muzu”, y Jorge Alarcón Rodríguez, alias “la medusa”. El gerente de la empresa
AHMSA, Guillermo Morales Luna, patrocinó a los golpeadores. El motejado como
“el muzu”, al momento de la agresión dijo que “el licenciado Morales ya estaba
hasta la madre con los volantes” que repartían los 3 compañeros agredidos.
Estos
hechos, y los del siniestro ocurrido en la mina 7 de El Progreso, confirman que
Alonso Ancira Elizondo es un porro y maleante que debe ser investigado y
castigado penalmente por las autoridades, pero estas, federales o locales del
cacicazgo familiar de los hermanos Moreira Valdés, están coludidas con el
mencionado sujeto y no hacen nada sobre estas denuncias. Pero las cosas tienen
que cambiar y esto ocurrirá más pronto de lo que los impunes empresarios y sus
mercenarios se lo imaginan.